El éxito en México del formato de series de televisión ha venido ocurriendo desde hace cinco décadas, con numerosas producciones de importación, pero la apuesta de hacer series nacionales, con calidad que rivalice con los productos extranjeros, se ha dado en épocas recientes exitosamente en foros independientes como Canal Once o Netflix.
Así llega la segunda temporada de Paramédicos, una serie acerca del trabajo de los voluntarios de la Cruz Roja Mexicana, en la que Marianna Burelli (Caracas, 1984) encarna a Natalia Velasco, una joven cuya vida cambia drásticamente desde que forma parte del equipo de Rescate y Urgencias Médicas de esa institución, mientras descubre aspectos de su persona que desconocía.
Con el estreno de la segunda temporada de la serie, Marianna se reúne con un elenco que incluye a Luis Arrieta, Rocío Verdejo, Aarón Balderi, Antonio Gaona, Juan Pablo Medina y, en actuación especial, Irene Azuela. Educada en Inglaterra y con una carrera sólida en teatro, cine y televisión, Burellli se perfila como una de las actrices jóvenes de mayor proyección.
¿Qué te atrajo de un proyecto como 'Paramédicos'?
Cuando leí el guión del piloto para el casting de la primera temporada, me llamaron la atención dos cosas: lo bien escrito que estaba y que abordaba una temática que estamos acostumbrados a ver en series anglosajonas, pero con una identidad muy propia. Eso de entrada me impresionó. Después, cuando conocí al equipo de producción detrás de la serie, me sentí convencida de formar parte de una serie tan intensa e interesante.
¿Cómo te preparaste para tu papel?
Todos los que formamos parte del elenco teníamos que observar lo que hacen los paramédicos de verdad. Entonces, al principio, íbamos como observadores en una ambulancia, en algún recorrido, y veíamos cómo los voluntarios atendían las emergencias. Fue algo muy impresionante, porque no te imaginas lo que es hasta que lo vives.
¿Fue una experiencia que te cambió?
Desde luego. Aprendes a admirar a los voluntarios que van en las ambulancias, que dejan todo: momentos familiares, la comodidad de sus casas, para ayudar al prójimo que lo necesita. Y lo hacen sin esperar nada a cambio. Cuando terminamos la primera temporada algunos miembros del elenco y el productor, Fernando Rovzar, tomamos el curso y nos hicimos paramédicos.
¿En serio?
¡Sí! Para nosotros era importante hacerlo, porque te da una perspectiva completamente diferente de todo; no solo es hacer un programa como ER, por ejemplo, sino que realmente te involucras en los casos. Y muchos de los presentados en cada episodio están basados en situaciones reales. Así lo hicimos y me siento orgullosa de ello, porque cada vez que veo una ambulancia, que veo voluntarios de la Cruz Roja, sé que estoy viendo en acción a héroes de verdad, y siento un vínculo que me une a ellos. Es como formar parte de una gran familia solidaria y valiente.
¿Cómo ha cambiado tu personaje en esta nueva temporada?
Natalia, al principio, es una joven muy inocente, muy protegida, hija del director de la Cruz Roja, sin una idea de las situaciones que va a enfrentar. Va madurando a lo largo de los episodios de la primera temporada y ahora, durante la segunda. Pero todos formamos parte de un ensamble, no hay un solo protagonista, sino que se van hilvanando las historias de todos los personajes como Elisa (Azuela), Chava (Arrieta), Erika (Verdejo) y Gabriel, que es Toño Gaona, y con el que Natalia tiene una historia de amor en medio de los llamados de auxilio. Tratamos de nunca exagerar, de que haya una autenticidad en guiones e interpretaciones para que la serie tenga la mayor calidad y conecte con todo tipo de público.
¿Dirías que en México se pueden hacer series que rivalicen con productos estadunidenses como 'House of Cards' o 'Juego de Tronos' en cuanto a calidad?
¡Por supuesto! Estoy convencida de ello. Hay estupendos guionistas, productores y directores que tienen deseos de hacer algo diferente. Si el público encuentra estos programas, sabe que estamos a la altura de cualquier producción de cualquier lugar del mundo. Hay una buena oferta de series hechas en México hoy en día; programas como Crónica de castas, Club de cuervos, Niño Santo y, naturalmente, Paramédicos. Esto hace que se creen nuevos proyectos en este formato. Podemos competir con series internacionales, sin ningún problema.
Además de televisión, has hecho cine y teatro, ¿cuál de estos medios te ha dejado más satisfacción?
Todos son muy diferentes y he sido muy afortunada de poder hacer cosas en cada uno. Como actor, te preparas para ser versátil. Eso es lo más importante. Puedo comprender que haya alguien que solo desee hacer televisión. O solo tenga deseos de hacer cine, nada más. Pero no puedes dejar de lado tampoco el teatro, en todas sus formas. Finalmente, tu vocación es actuar, y lo haces en cualquier escenario que esté disponible para contar una buena historia.
También has producido teatro...
Sí, entre el año pasado y éste tuvimos una temporada muy buena, primero en el teatro Helénico y posteriormente en la Unidad Cultural del Bosque, en la sala Villaurrutia, con Perro sin raza, basada en el texto original del dramaturgo británico Ed Harris Mongrel Island, que nos tomó casi dos años traducir y adaptar a Fernando Rovzar y a mí. Fue una gran satisfacción poder llevarla a un escenario, y pienso seguir desarrollando proyectos no únicamente para mí; creo que México es un gran territorio para hacer teatro y que es una de las maneras de expresión más sublimes. Sería imposible concebir la vida de actor sin hacer teatro.
Después de concluir esta temporada de Paramédicos, ¿qué tienes en puerta?
Siempre tengo proyectos. Participé en capítulos de otra serie nueva que se llama El Torito, que saldrá al aire a fines de año. También hay un par de propuestas de cine para este año y para 2016, y lo que estoy preparando ahora es algo que estreno a partir del 17 de septiembre en Microteatro México. Interpretaré a la poeta estadunidense Sylvia Plath en una obra titulada El lugar más feliz del mundo, que dirige Joe Rendón.
¿Qué te gustaría que se llevara consigo el espectador que vea 'Paramédicos'?
La reflexión de que se puede ser solidario y ayudar. Que el entretenimiento no tiene por qué ser condescendiente, que hay mucho que dar a los demás de nuestro tiempo, de nuestra ayuda. Que también sirve para crear conciencia de lo importantes que son los paramédicos para nuestra sociedad. Porque ellos son los verdaderos héroes anónimos que salvan vidas cada día y éste es un mínimo homenaje para reconocer su esfuerzo.