Poco antes de las nueve, las filas afuera del Auditorio Telmex parecían interminables. Y es que esta noche se presentó la gira One World Tour de Ricky Martin, concierto con localidades agotadas. A las 21:00 horas, salió Lali Espósito, encargada de calentar los ánimos de los asistentes, aunque lo único que consiguió durante su presentación fue proveer de acompañamiento musical al acomodo de la gente en sus asientos. Su baile a la pista musical, intercalando un par de líneas solamente de voz no logró interesar a los asistentes y su “¡Ya casi sigue Ricky Martin, hasta la próxima, amigos!”, provocó los únicos gritos para Lali.
Antes de empezar, una gran cantidad de guardias de seguridad se posicionaron frente al escenario, como previendo una avalancha, a falta de una valla de protección, y, en la espera, chicas, en su mayoría, pedían a sus amigos que les tomaran fotos de espaldas al escenario con la consigna "Ricky Martin, One World Tour 2016".
A las 21:50 horas se apagaron las luces y se encendieron gritos agudos. Primero salieron los bailarines y los músicos, después Ricky sobre una tarima, vestido elegantemente con traje. “Mr. Put it down” fue la abridora de la gira y esta noche no fue la excepción, la cual le permitió al ídolo boricua menearse lentamente para el deleite de su público, pendientes a casa movimiento con la cámara al aire. Después de “This is Good”, Ricky salió con cambio de ropa, una camiseta y pantalones negros muy ajustados que elevaron los decibeles de aprobación y dio pie a una sección más movida del concierto que empezó con un medley de “Drop it” y “Shake your Bon Bon”, así como la reciente “Adrenalina”, que fue recibida con brincos. Y a pesar de que Ricky salía por momentos del escenario, siempre hubo algo que ver sobre el movido escenario, ya fueran las piruetas de sus bailarines o los solos magistrales de sus músicos. Y aquí se debe otorgar un espacio a la banda en vivo, que logra arreglos musicales muy interesantes para los clásicos metales que incluyen una fuerte sección de metales que les da un aire fresco, y hasta un toque de big band a ratos, que ocasionan que el concierto no sólo sea un festín visual, sino un sorprendente despliegue musical, complementado, claro, por la característica voz de Ricky Martin.
“Buenas noches, Guadalajara, ¿cómo están? Lo que quiero es que se vayan de aquí sin voz de tanto cantar y sudados de tanto bailar”, fue el saludo por parte del cantante, que resultó premonitorio. Con un repertorio que incluyó lo mejor de su pasado y presente, en sus propias palabras, el ambiente osciló entre el romanticismo con canciones como “Tal vez”, que se llevó la mayor cantidad de brazos ondeantes, y “Vuelve”, sin faltar los gritos de “papasote” o piropos similares, así como la energía de la noventera “Livin’ la vida loca”, aunque debe mencionarse que fueron más las cámaras ansiosas de capturar el momento que los brincos y el baile. “Vente pa’ acá” recibió movido recibimiento y durante “María” el sensual baile en pareja sobre el escenario convirtió a la bailarina en la chica más envidiada del recinto; mientras que “Por arriba, por abajo” logró la mayor interacción con el público con una competencia de gritos y brincos del lado derecho contra el izquierdo, hasta concluir con el éxito “Una mordidita” que, como buen bocado, dejó queriendo más al público.
GPE
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