La cumbia sonidera de Los Ángeles Azules no se mezcla con la política ni busca distinguirse entre las clases sociales. La agrupación de Iztapalapa le es fiel a su pueblo y su música es para quien le guste.
La familia Mejía Avante lo tiene claro después de haber visitado los poblados más inaccesibles de México, así como los lugares de mayor prestigio. Anoche, por ejemplo, estuvieron en el Auditorio Nacional. Llegaron desde las 2 de la tarde para ensayar, probar sus instrumentos y, ¿por qué no?, también sus pasos, ante miles de butacas vacías que más tarde se ocuparían.
Los hermanos se acomodaron su traje de gala, azul satinado, por supuesto, mientras las hermanas veían cómo se les veía su vestido blanco con destellos dorados. Unas se tardan más en estar listas por el maquillaje, pero todas acaban a tiempo. Ellos ya tienen experiencia tocando en ese lugar, pero el Dr. Elías Mejía Avante dice que aún genera nervios.
“Cada presentación es diferente; entonces sí tenemos un poco de nervio, pero ya en el escenario con el calor, se nos quita”, asegura el músico, mientras está en backstage en los últimos minutos antes de salir al escenario.
Tan solo unos días antes habían tocado en el Zócalo de la Ciudad de México, donde fueron invitados a tocar previo al tradicional Grito de Independencia que hace el Presidente.
A unos metros había una marcha que demandaba la renuncia del mandatario y otros contingentes llegaban al primer cuadro del centro en camiones. Los músicos prefieren no opinar nada de eso, pues consideran que su rol ante la sociedad es otro.
“Nosotros cuando llegamos había mucha gente y tocamos para ellos, no vemos nada políticamente. La gente que fue con nosotros fue a divertirse”, mencionó Mejía Avante.
Los Ángeles Azules aseguran que su música es para eso: para divertir y para hacer a un lado las diferencias, las clases sociales y los gustos, sin importar de dónde vengan o a quién prefieran.
En esta ocasión estuvieron con una orquesta sinfónica que ya consideran como su familia, porque les ha tocado viajar a diferentes lados con ellos, y a pesar del arrastre mediático que tienen, se mantienen fiel a su estilo.
“El fin común de Los Ángeles Azules es contagiar nuestra música, que tiene letras de amor. Sea a quien sea y pasárselas a las nuevas generaciones”, expresó el doctor.
Tras su concierto en el Auditorio Nacional, la agrupación realizará una gira por Estados Unidos, estarán en un festival de música que se hará solo de cumbia en Los Ángeles, dicen que eso casi no se hace, porque la banda es la que domina por allá. Estarán antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, “pero esa es otra historia”, finalizó Mejía Avante.
DE IZTAPALAPA PARA EL MUNDO
La cumbia romántica de Los Ángeles Azules sonó en todo su esplendor en el Auditorio Nacional ante 10 mil espectadores.
La expectación por ver a al grupo comandado por Elías Mejía Avante era especial, ya que la orquesta sinfónica estaría presente para hacer bailar a propios y extraños.
“Entrega de amor” fue la primera en sonar, sin la orquesta, pero con los hermanos que invitaban al público a levantarse de sus asientos y a disfrutar.
Más tarde llegó “Cumbia pa’ gozar” y “Mi único amor”, donde la gente calentaba los ánimos, mientras que “A la cumbiamba” amenazaba con subir el tono y la emoción de los asistentes.
Para “Toma que toma” invitaron a un par de parejas a bailar al escenario. Dos chicas, un niño y un señor. Entre los cuatro sacaron sus mejores pasos.
“La cumbia de la tostadita” fue el preámbulo para lo mejor: la orquesta sinfónica con la que, ahora sí, todos se levantaron de sus lugares. “El listón de tu pelo”, ya con los numerosos músicos, comenzaba la fiesta.
Los temas clásicos pasaban, hasta que llegó el momento de presentar a algunos de sus invitados, entre los cuales aparecieron las chicas de Ha*Ash, quienes los acompañaron en “Mi niña mujer” .
La española Ana Torroja también formó parte de los invitados.
