Roberto Palazuelos es el único hijo de la relación que mantuvo el abogado Roberto Palazuelos Rosensweit y Maria Badeaux. El empresario tiene varios medios hermanos,frutos del segundo matrimonio de su padre; sin embargo, el también actor confesó que siempre se sintió relegado de la familia.
El Diamante Negro admitió que el abandonó de su madre y la nueva dinámica familiar con su madrastra le generó problemas emocionales, lo que probablemente explica el mal comportamiento que tuvo en su juventud y que lo llevó a ser internado en un colegio militar.
"Siempre sentí que eran mucho más importantes sus hijos de ella, que tuvo a Tania y a Dany, y yo siempre fui como (desplazado a un lado), yo siempre me sentí como que no era parte de la familia y siempre fue un poco doloroso eso", contó Roberto Palazuelos en una entrevista para el programa El minuto que cambió mi destino.
Mencionó que nunca lo trataron mal, pero se sentía apartado y en un segundo plano, un sentimiento que nunca externo a su padre.
"Como que no era yo tan importante, y siempre me dolió mucho. No era tan comunicativo, yo estaba como enojado porque no entendía yo por qué no tenía mamá, por qué no me buscaba y cómo había dejado".
Comentó que la historia del abandono de su mamá no la conoció hasta que creció por lo que vivió su adolescencia sin comprender los motivos por los que ella no estaba a su lado.
"Era un adolescente que siempre estuvo medio enojado con la vida por eso, entonces también era un poco peleonero y un poco rebelde".
Así fue la vida de Roberto Palazuelos en el colegio militar
Al ingresar a la secundaria no sólo tenía una mala conducta, también era un pésimo estudiante, por lo que su papá decidió inscribirlo a La Academia Militarizada en México. Palazuelos tenía 15 años y durante su estancia convivió con hijos de militares.
"(Mi estancia) Fue muy dura porque el primer año te potrean", confesó el empresario refiriéndose a cuando los estudiantes mayores hacen 'novatadas' a los nuevos alumnos, que pueden ir de pequeñas bromas hasta agresiones físicas, que caen en el terreno del bullying.
"Los antiguos te hacen travesuras, te tablean, te sumergen en agua, te hacen cosas. Estuve un año y basten duro, pero fue muy bueno porque aprendí a meter las manos, me empecé a hacer un cuerpo por el deporte que hacía y le empecé a agarrar un hábito al estudio porque ahí sí me hacía estudiar a fuerzas", agregó.
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