A unos días de haber recibido el Grammy Latino a la Excelencia por su destacada trayectoria musical, Ricardo Montaner no se ufana, por el contrario, pues aunque agradece la distinción de la Academia Latina de la Grabación, asegura que “en esta carrera nunca se acaba de empezar”, por más experiencia que se tenga.
De hecho comparte que esa “es la principal enseñanza que doy a mis hijos (Mau y Ricky, quienes han seguido sus pasos en la música) y por ende siempre trata de estar lleno de proyectos.
Ahora lo que lo ocupa es una serie de conciertos en México, el primero el próximo martes en El Auditorio Nacional, y de ahí un recorrido por Puebla, Mérida y Monterrey; y para el año que entra, su atención se dirige a la preparación del show De ida y vuelta, con el que apoyará la promoción de su más reciente grabación, dice al iniciar la entrevista, cuando son casi las seis de la tarde, y mientras en el lujoso salón del hotel St Regis se disfruta de gran tranquilidad, a unos metros justo en el cruce de La Diana Cazadora, se vive el habitual caos producido por el tráfico y el ir y venir de personas que trabajan por la zona.
Estás de estreno, ahora con una producción en la que incluso interpretas música regional mexicana, ¿por qué?
Ida y vuelta es un concepto en donde intercambio mensajes musicales, por llamarlos de alguna manera; yo hago un tributo a la música popular mexicana, a través de nueve canciones muy emblemáticas, canciones de Calibre 50, de Gerardo Ortiz, de Espinoza Paz, de Pepe Aguilar, bueno de mucha gente, las llevo a la balada, y al mismo tiempo les prestó mis canciones más emblemáticas como “Tan enamorado”, “La cima del cielo”, “Me va extrañar”, “Solo por un beso” y “Bésame”, para que ellos las canten y yo colaboro en algunos pedacitos; entonces, todo esto es un trabajo que se convierte en una verdadera conversación musical, que sería una maravilla poder llevarla al vivo, poder tenerlos a ellos arriba del escenario.
¿Cómo se te ocurrió el proyecto?
Yo grabé hace dos años una canción, “No te vayas”, con la Norteño Banda y Julión Álvarez, y el tema pegó muy fuerte, especialmente en las emisoras del estilo regional mexicano, y le agarre el gusto, se me ocurrió hacer un homenaje con banda, pero la disquera me dijo por qué no haces los dos estilos y me pareció muy atractiva la idea y hoy puedo decir que se ha convertido en un documento de mi carrera.
Después de tantos años de trayectoria, sigues presentando cosas diferentes, ¿nunca se acaba de aprender, de innovar?
No. No se acaba nunca de empezar. Yo empiezo todos los días, a mí si tú me preguntaras qué le enseño a mis hijos, pues yo no les doy ningún consejo, ni les enseño nada, solo les muestro que en este trabajo, todos los días comienzas de nuevo. No importa cuántos discos de oro o de platino tengas en la pared, eso da igual, en esto se comienza todos los días, por eso es importante estar lleno de proyectos. Porque está chévere los cuadros pegados, los recuerdos, las fotos de cuando cantaste la primera vez en el Madison Square Garden o de todas las veces que has estado en el Auditorio Nacional o has cantando en cuanto lugar de Iberoamérica se te ocurra; eso está bien, pero hay que estar proyectando siempre porque esto es un comenzar diariamente.
Sin embargo, ahora tienes de tu lado la experiencia, que te permite tener otra perspectiva de las cosas o las situaciones ¿no?
Sí, que no te quede duda, eso es lo bueno de la experiencia y hay que aprovecharlo. Pero no porque tengas experiencia, no te puedes equivocar. Lo que te hace tener la experiencia es la capacidad de aguantar el golpe, por un lado; y la capacidad de aguantar el éxito, por el otro; o sea que ninguna de las dos cosas te derrumbe o que ninguna de las dos haga que tu piso se te mueva, eso es lo que logras con la experiencia. Porque igual si te llegas a estrellar, la experiencia te ayuda a saber que en un par de días eso se olvida, y comienzas con un nuevo proyecto; pero si bien, tienes un éxito arrollador con ese proyecto, también tienes que saber que en dos o tres días eso se olvida, y también tienes que empezar de nuevo.
Yo tengo una medalla puesta en el cuello, que me regaló mi esposa, que dice: ‘Esto también pasará’. Es una frase que escribí en un libro hace muchos años, pero eso aplica para lo bueno, para lo no tan bueno, y para lo nada bueno; porque cuando estás teniendo la mejor de tus experiencias, eso pasará, como pasará también cuando estás en el desánimo y en el dolor más grande.
Hace unos días recibiste el premio a la Excelencia de la Academia Latina de la Grabación, reconocimiento que te dan tus compañeros, productores, cantantes, músicos, etc. ¿Qué significa para ti precisamente por venir del entorno en el que te desenvuelves?
Mira, todo premio tiene que generarte una inmensa satisfacción, para eso es un premio. Yo lo tomo con la más grande humildad y lo recibo con la firme convicción de que al día siguiente tengo que empezar de nuevo; pero naturalmente me honra mucho que el Consejo del Grammy me otorgue esa distinción.
Además debo decirte que compartir esa experiencia con gente tan destacada como Rafael Solano, autor del tema “Por amor”, Ednita Nazario, Eugenia León y todos los que lo obtuvieron fue muy grato y emocionante.
Después de tantos años de estar en el mundo de la música, especialmente de escribirle al amor, y ante el contexto de crisis social, económica, pero sobre todo humana que vivimos, ¿el amor sigue siendo materia para escribir o cambia la inspiración?
Tú crees que eso significa que el amor no suceda; mientras todo eso pasa, el amor sucede y mientras el amor suceda tiene que haber alguien que se inspire y escriba sobre él; entonces no creo que haya crisis en lo que al amor respecta. Hay crisis más bien en lo que aflora de la gente, hay crisis de valores, la agresividad se convierte en una especie de trampa, en la cual mucha gente cae, y vivimos agrediendo con nuestras palabras, con nuestros hechos, pero el amor sigue sucediendo en las calles, en las casas, en las habitaciones, en las plazas, en los autobuses, en las oficinas...
¿Cuáles son tus principales amores?
Mi familia, por supuesto, mis amigos; te voy a decir algo, yo espero que dentro de 120 años cuando yo no esté que ningún amigo o persona que haya estado cerca de mí piense que no tuve amor para ellos. Para mí esa es la vida, ejercer la conversando con un amigo, inventar un plato nuevo de cocina, dejar salir al perro y abrirle la puerta cuando regresa.
Dices que siempre estás con proyectos, ¿cómo cierras el año?
Con puros viajes de promoción, estoy en México en estos días para hacer el Auditorio Nacional, Puebla, Mérida y Monterrey y en medio de todo eso empiezo a preparar el gran tour de Ida y vuelta, que si Dios quiere será la gira más grande de toda mi carrera, en la que es probable que invite a algunos de mis colegas que trabajaron en el disco, al escenario.