Una entrada de más de cuatro mil asistentes, registró la Plaza Nuevo Progreso en su reapertura tras 20 meses de inactividad por la pandemia. Festejó en el que también Diego Sánchez abrió la puerta grande al cortar las dos orejas al quinto de la tarde obteniendo el trofeo en disputa, Manuel Capetillo.
En los tendidos se acentuó las ganas de los aficionados por ver toros, una vez finalizado el paseíllo uno a uno de los toreros tapatíos fue ovacionado en el tercio. Sin embargo, los que triunfaron fueron los toreros aguascalentenses.
Se cumplió el adagio de no hay quinto malo, y con él, Diego Sánchez realizó una faena redonda que tuvo eco en el tendido. Saludó a Fantasma con chicuelinas con la mano baja. Y tanto el primer tercio así como el de banderillas fueron cubiertos con maestría por su cuadrilla, retirándose el picador en medio de una fuerte ovación y Diego Bricio, saludó montera en mano, por los pares que clavó en lo alto.
Con la muleta su faena fue de menos a más, sobresaliendo los muletazos lentos con la derecha. Y los pases en redondo con los que culminó su labor. Con todo se fue tras el acero para dejar una entera de efectos rápidos que le valió las dos orejas.
A Gerardo Adame la afición lo recuerda con afecto debido a las tardes triunfales que hilvanó hace varios años de novillero. Su faena la fincó por el lado derecho con pases lentos pisando los terrenos al toro. De una entera trasera culminó su participación recibiendo una oreja del juez Alfredo Sahagún.
José María Hermosillo con el cierraplaza escuchó los olées de mayor fuerza, estuvo en valiente, recibió dos fuertes volteretas y se levantó sin mirarse la ropa entre gritos de torero. Mal con la toledana dejando escapar el triunfo.
De los tapatíos, los mejores momentos de Mauro Lizardo, fueron al llevar al caballo a Catrín por chicuelinas y los derechazos con la muleta. Mató de una entera desprendida y saludo en el tercio.
Oscar Rodríguez, el Sevillano hilvanó dos series muy lentas así como prometedoras, por el lado derecho, que se le jalearon con fuerza. Sin embargo, con la izquierda el trasteo se vino a menos y todo quedó en una salida al tercio.
Una faena fincada en naturales de gran calidad realizó Julio de la Isla, pases que le valieron la atención y respeto de los aficionados, pinchó perdiendo así la oportunidad de tocar pelo.
Se lidió un encierro terciado de la ganadería de José Antonio Garfías, que en términos generales mandó tres toros noblez y con recorrido. Y tres que regateaban las embestidas y les faltó emotividad.
JMH