Un hecho insólito está generando bastante polémica en el deporte italiano, luego de que la jugadora de voleibol, Lara Lugli, fuera despedida y demandada por su equipo después de que les comunicara haber quedado embarazada, situación que molestó al Pordenone por considerar que dicha decisión “perjudicó” a la entidad en cuanto a los resultados obtenidos.
El equipo de la segunda división de Italia, alega que la jugadora debió comunicar a la hora de firmar su contrato sus intenciones de convertirse en madre, por lo que decidió emitir una demanda por “daños y perjuicios” además de rescindirle el contrato de forma inmediata.
Los hechos ocurrieron en marzo de 2019, cuando Lara informó al equipo su embarazo, el cual alegó que tras dicha decisión “se habían ido a pique en el campeonato”, negándose, además, a pagarle los mil euros pendientes del último mes que defendió los colores del club, según la institución, el contrato quedaba anulado en caso de “embarazo comprobado”, y por ello desean que pague una indemnización.
El equipo señala que la jugadora rompió la “buena fe contractual”, escondiendo sus intenciones de quedar embarazada a la hora de firmar su contrato; pero la Asociación Nacional de las Atletas, defiende que ninguna mujer puede dañar a nadie por el hecho de decidir dar a luz.
"Aunque no sea una jugadora de fama mundial, esto no puede ser un precedente para las futuras deportistas que se encuentren en esta situación porque una mujer embarazada no puede dañar a nadie y no debe indemnizar a nadie".
Dicha asociación busca la intervención del Primer Ministro, Mario Draghi, así como del presidente del Comité Olímpico Nacional de Italia, Giovanni Malagó, para aclarar esta “vergonzosa situación”.

La jugadora de 41 años tuvo un aborto en abril de ese año.