Para ayudar a personas con una mano inmóvil, Jesús Manuel Dorador e Itzel Flores, profesores de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, crearon un artefacto que les ayuda a flexionar y extender esa extremidad.
Dorador, doctor en diseño mecánico, desarrolló con su grupo de alumnos una ortoprótesis; es decir, un dispositivo basado en un arnés y un chicote con el que el paciente puede abrir y cerrar la mano al hacer un movimiento de sus hombros.
“Las prótesis sustituyen a los miembros, mientras que las órtesis (muletas, andaderas, etc.) auxilian para realizar actividades que se dificultan. Nuestro invento es una ortoprótesis, pues el sistema externo ayuda a recuperar el movimiento de la extremidad que sí tiene la persona, pero que no puede moverla”, explicó Dorador en un comunicado.
Lesión recurrente
El dispositivo fue creado para quienes padecen lesión del plexo braquial, afección irreversible en un conjunto de nervios que van de la parte inferior del cuello a la parte superior del hombro y sirven para que el brazo, el antebrazo y la mano se muevan.
“Se pretende ayudar a personas que al nacer tuvieron una lesión del plexo braquial. Ésta ocurre cuando, al recibir a un bebé durante el nacimiento, le jalan el cuello y se lo enchuecan hacia un lado, lo que produce herida en la parte por la que pasa la comunicación nerviosa del cerebro al brazo y a la mano”, detalló el especialista.
Este tipo de afección, aseguró, “sucede por negligencia médica en uno de cada mil niños, que de adultos tienen esos miembros inutilizados”. Dorador y sus alumnos trabajaron con una joven que tiene dicho padecimiento para desarrollar el aparato.
“Con el sistema mecánico se le pone el arnés en los hombros, los mueve y con éstos abre y cierra la mano. Así puede, por ejemplo, sujetar objetos, detener un frasco y abrir la tapa con la otra mano”, detalló el experto.
Actualmente mejoran el diseño para lograr una mejor presión de la mano. “Se solicitó la patente, pues no existe un dispositivo como este en el mundo. Tiene futuro y se puede hacer un licenciamiento para comercializarla”, comentó.
El investigador tiene el apoyo del Conacyt para la nueva etapa de diseño y la construcción de 10 nuevos prototipos que se probarán en una decena de pacientes para validarlo. “Hacemos pruebas con el IMSS para demostrar que esta tecnología ayuda a las personas y no hace daño”.
Una vez que se cumpla ese proceso, buscarán el licenciamiento de la tecnología. “Se puede crear una compañía spin off con apoyo de la incubadora de empresas de la UNAM y la participación de los alumnos que colaboraron”, afirmó Dorador.
“Otra opción es licenciarla a la Sociedad Mexicana de Ortesistas y Protesistas o al Centro para la Rehabilitación Integral de Minusválidos del Aparato Locomotor, una institución de asistencia privada con sede en Querétaro que construye entre 100 y 120 prótesis por año, más o menos la misma cantidad que produce el Instituto Nacional de Rehabilitación”, abundó.
Cinco minivoltios
Durante su investigación, el académico realizó análisis por medio de sistemas de adquisición de señales mioeléctricas, que son las órdenes enviadas por el cerebro a cualquier músculo para tener movimiento. “Son muy pequeñas, de unos cinco milivolts (una pila tiene 1.5 voltios, es decir, mil 500 milivolts) que se envían a los músculos”.
Dorador González y su grupo aprendieron a controlar la señal y comprobaron que, con entrenamiento, se puede tener al músculo en reposo, en fuerza mediana o con mucha fuerza. “Esas tres señales son las que necesitan las personas amputadas para controlar sus prótesis mioeléctricas, las más avanzadas y caras del mundo”, dijo.
Ese sistema fue desarrollado para un proyecto del Laboratorio Ixtli de Visualización de la UNAM, donde crearon una prótesis virtual en tercera dimensión que usa señales mioeléctricas para abrir y cerrar. Sin embargo, a la joven con lesión no le sirvió, porque tiene canceladas las conexiones, por lo que optaron por uno mecánico con arnés y chicote.
Dorador subrayó que el diseño considera una manufactura que se pueda realizar en México, sin un taller especializado. “No pretendemos que se quede en un cajón o solamente publicado; queremos que realmente lo puedan usar las personas que lo necesitan”.