"Queridos Reyes Magos”. Es el principio de cada una de las 800 cartas que a diario, en esta temporada decembrina, recibe el Servicio Postal Mexicano que, desde hace seis años, funge como intermediario entre los niños mexicanos y los Santos Reyes. En promedio, ellos recibirán de 15 mil a 17 mil misivas en su domicilio postal signado como “Estrella de Belén”.
Santa Claus no fue excluido, pues también recibió en el Polo Norte una cantidad similar de cartas previo a la Navidad. “La intención es que Correos de México sea intermediario entre ambas partes, lo único que hay que hacer es comprar una estampilla cuyo costo es de siete, once o trece pesos; a cambio el niño recibirá un papel especial para la ocasión donde escribirá su carta, misma que después al doblarla se convierte en sobre. Aquí la escribe y debe poner claramente su domicilio porque posteriormente, recibirá respuesta de los Reyes Magos” explicó Raúl Carbajal, gerente de emisiones filatélicas de Sepomex.
Es la primera vez que Karina y Maribel Flores, residentes de Calpulalplan, Tlaxcala, aprovecharon sus vacaciones y llevaron a sus hijos al palacio postal. Sentadas en las pequeñas mesas, miran a sus niños escribir la carta con plumas, plumones, lápices y colores. La lista: una muñeca, un juego de té, un carro, una pelota, un juego de computadora. Y mientras los miran, recuerdan cuando ellas también hacían sus cartas para dejarlas en el árbol de Navidad o en el tradicional zapato.
“Es una ilusión para los niños y una emoción para los padres porque venir aquí a hacer esta carta es también divertido para nosotros”, opina Karla. “Ésta es otra forma de que ellos la envíen y conserven la ilusión de los Reyes Magos”, añade su hermana Maribel.
Sentada en otra mesa, está la familia de Rosalía Canales. Sus tres hijos llenan su respectiva carta acompañados de su padre y abuelos. “¿Destinatario? ¿Qué es eso papá?”, pregunta el mayor de los niños, quien desconoce el significado de la palabra en plena época de comunicación virtual, llena de mails y chats instantáneos. Con paciencia, su padre responde la pregunta mientras ambos terminan de escribir.
“Es increíble que los niños puedan hacer su carta físicamente y no como hoy por internet. Nos recordó cuando éramos niños. Mis hijos pidieron pijamas, zapatos y unos vasos de Pepa. Con mucha ilusión vamos a esperar la respuesta de los Reyes”, explica Rosalía.
En el resto del país, las cabeceras estatales de Sepomex cuentan con un lugar similar para que los niños acudan a escribir su carta hasta el 5 de enero. “Somos embajadores de las misivas de buena voluntad, y a pesar de la comunicación electrónica, no hay nada como recibir una felicitación o un saludo, por carta”.