Escucharon la frase burlona, retadora, provocadora, cada hora del día o de la noche durante años de extenuantes jornadas de adiestramiento en los cuarteles. Para robustecer su hombría, su coraje y su disciplina militar, los oficiales su burlaban de ellos en constantes alardes de rudeza. "Seca tus lágrimas, princesa", les gritaban entre carcajadas mientras los miraban esforzarse hasta desfallecer, al borde del llanto. Salieron de los campos de entrenamiento para ir a pelear en nombre de la Gran Bretaña en Bosnia, en Irak, Afganistán. Pilotos, helicopteristas de combate, se ven tensos, crispados, forjados por la disciplina militar y los años de misiones en los frentes de guerra. Una vida en armas, 18, 20, 22, años.
Con el ceño fruncido, la mirada fija, las mandíbulas apretadas, a veces con una sonrisa esperanzadora o un gesto de angustia, Stephen King ha fotografiado el abismo de su alma. Una docena de sus retratos a gran escala de estos veteranos se está exhibiendo en estos días en el Museo de Liverpool, en Gran Bretaña, una institución que entre sus muchas actividades artísticas se mantiene atenta a la actividad militar de los integrantes de su comunidad y del país entero. Pero no son los cuerpos rígidos y los gestos duros de los militares lo que hace de la exposición de King, Seca tus lágrimas, princesa, algo singular. El atractivo de la muestra consiste en que estos hombretones maduros, rudos y enérgicos han cambiado los uniformes militares por ropas de mujer para posar ante la cámara del fotógrafo. Son soldados que han mudado de género. En lo artístico el resultado es en verdad sorprendente, con unas imágenes cargadas de intenso sufrimiento, pero bañadas al mismo tiempo de una conmovedora luz de esperanza.
La búsqueda estética de King va más allá de la mera experimentación artística, en la medida en que tiene como contexto las investigaciones de Emma Vickers, una profesora de Historia al servicio de la Liverpool John Moores University, que ha trabajado largamente sobre la situación de los soldados transgénero más allá de su sexualidad. Las indagaciones de Vickers sobre la vida de estos veteranos antes, durante y después de su desempeño en las fuerzas armadas británicas, las primeras en Europa, han llamado la atención de los círculos académicos sobre un tema que antes permanecía entre las sombras. A través de concienzudos estudios de caso, la investigadora ha llegado a establecer no solo que muchos militares han sido expulsados de los cuarteles por sus tendencias reñidas con la milicia, sino que buena parte de los soldados transgénero han optado por la vida castrense con sus rigores para tratar de reforzar su masculinidad ante la tentación de la feminidad.
Si Vickers ha documentado mediante prolijos testimonios la compleja existencia de estos veteranos, King les ha dado rostro y los expone ahora a la mirada pública, en algunos casos por primera vez.
*Profesor-investigador de la UAM-Iztapalapa