Una instalación que interactúa de manera envolvente y diferentes piezas escultóricas que desdibujan los límites entre la ficción y la realidad. Se trata de conexiones inesperadas entre el arte y la literatura que pretenden llevar al espectador a imaginar una historia poética entre los personajes y su obra.
En exclusiva para M MILENIO, Rodrigo nos platica sobre los retos que se produjeron al colaborar en este proyecto y sobre el lenguaje que se creó a partir de los distintos periodos históricos. La exposición estará disponible hasta el 30 de octubre en el Museo Jumex en Ciudad de México.
¿Qué implica para la exposición el estudio del mundo precolombino y la figura del círculo?
"Antonio Grass publicó un libro llamado El círculo: Diseño precolombino colombiano en 1972. El enfoque de su estudio es críptico porque no profundiza en ningún aspecto en específico; en cambio, presenta una secuencia ininterrumpida de imágenes en un libro sencillo y más gráfico que académico. En esas ilustraciones busca traducir en una imagen blanco y negro de líneas claras la decoración de piezas de alfarería de distintas culturas indígenas de Colombia. Se trata de una mirada desde lo alto de un objeto con volumen y con un interior imperceptible desde ese punto de vista. Observar cuál era la operación realizada por los dibujos de Grass fue fundamental para entender cómo es que me interesaba el círculo en este contexto: más que visto como el resultado de dibujar una línea sobre un plano, podía también ser entendido como el resumen gráfico de un cuerpo, o el indicio o margen de una zona con volumen, cóncavo o convexo. Esto es una observación formal con implicaciones fenomenológicas y de ahí que sea posible seguir un camino en el que el círculo se relaciona con ideas filosóficas y espirituales muy universales, presentes también en el mundo precolombino".

Foto: Museo Jumex
En tu exposición se aprecia la apropiación del diseñador danes Verner Panton y la obra que realizó para las oficinas del periódico alemán Der Spiegel. En ambas existen los opuestos y la búsqueda de materiales que aparentemente no se usan de manera usual, tenemos como resultado sistemas que parecen industriales pero que son artesanales, como es el caso del papel maché. ¿Tú cómo decidiste usarlo?
"Mi decisión de usar papel maché como material tiene que ver con su sencillez, su accesibilidad y su cercanía con la naturaleza. Estos principios básicos son para mí la esencia de su versatilidad y de su infinito potencial de transformación. En particular, con respecto a esta exposición, me interesó explorar cómo el papel puede transformarse y crear una ilusión de ser otro material y de acercarse al menos en apariencia a algunos de los objetos que Panton produjo, que son conocidos por haber innovado en cuanto al uso industrial y seriado del plástico en el diseño".
Panton y Grass se encuentran en un modo ficticio en la exposición, en cartas derivadas de una relación íntima entre ambos autores. ¿Cómo surge la intención de inventar una relación que no existía?
"Cuando uno como observador se enfrenta a un objeto o a una imagen abstracta puede asumirse que tiene poco que ver con el mundo, o que no representen a nada que exista en el mundo en términos en los que podamos estar de acuerdo. Sin embargo, también es posible que correspondan a la realidad bajo un código distinto o alterado. Una abstracción podría pensarse como un mensaje cifrado o como una historia oculta bajo otra que existe en la superficie, o que simplemente es narrada en un código todavía incomprensible".
"Quise imaginar y jugar con la idea de que dos personas cuyas vidas nunca se cruzaron podrían haber establecido una conversación, o incluso una relación romántica; me gustaba la idea de que una escultura como las que se ven en la exposición pudiera ser un contenedor de esta relación, un recuerdo de dos personas enamoradas. Este acercamiento es el que un tercero es capaz de tener de una relación entre otras dos personas, o como la que podría tener alguien de la persona que ama. Me era importante que no quedara claro qué tan reales son esas cartas, ni tampoco que hubiera información o señales de su proveniencia. Desde mi punto de vista, es un elemento clave para no crear “calles cerradas” en la muestra y conectarla con el mundo de lo posible más allá del espacio y tiempo concretos".
¿Cómo crees que esta capacidad de asombro y poética puede afectar en un espectador?
"Algo maravilloso del arte y de poder armar una exposición es la posibilidad de crear un escenario alterno donde poner a prueba todas las ideas que tenemos acerca de la realidad, de nuestra percepción y de nuestra memoria. Veo a una exposición como a una mesa de disección en un laboratorio sobre la que conseguimos ponernos a nosotros mismos, a nuestra mente y a nuestro espíritu".
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