Cáscaras de papa y polvos saborizados, como Kool Aid y Tang, son algunos de los ingredientes que usan los internos de las prisiones mexicanas para realizar sus propias bebidas alcohólicas y así satisfacer la necesidad de su consumo; sin embargo, estas fórmulas experimentales para los destilados resultan más dañinas para su salud que las bebidas comerciales, alertó Alcohólicos Anónimos.
Everardo Domínguez Landa, vicepresidente de la Junta de Servicios Generales de la Central Mexicana de Alcohólicos Anónimos, explicó que existen 500 grupos de la asociación en los centros penitenciarios del país, donde se ha observado un alto consumo de alcohol que los propios reos procesan solo con agua, desperdicios de la cocina o "cualquier cosa", como una lata de leche nido, un bote de mayonesa y tubitos que se encuentran por ahí, con ello logran realizar un proceso "casi científico".
"Es un alcohol de 96 grados prácticamente, se toman dos copitas y están tirados. Y eso es, a parte del problema al momento, daño en riñones e hígado (...) Porque se están metiendo alcohol del industrial, casi, casi", aseveró.
Al conmemorar los 70 años de existencia de la Central Mexicana de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos, en el Teatro del Pueblo, donde la asociación celebró su primera junta informativa un 18 de septiembre de 1946, Domínguez Landa dijo que ese fenómeno afecta principalmente a los reos alcohólicos de más bajos recursos.
"Hay a quienes le permiten traficar algo, pero el que no tiene dinero hace su destiladito", un proceso que los internos van transmitiendo debido a que hay una población rotante.
Infantes adictos
Alcohólicos Anónimos también destacó que en los últimos años se ha detectado un consumo alarmante de este tipo de bebidas por parte de niños menores de 10 años, principalmente de zonas rurales e indígenas de todo el país.
"Definitivamente hay alcoholismo en niños, lo que para muchos es un juego, porque de repente algunos (adultos) le dicen a un infante 'haber, tomate un traguito', y los menores hacen muecas por el sabor amargo del alcohol.
"En las comunidades de Oaxaca, donde hemos encontrado que allá son cerveceros, los niños de ocho o nueve años salen a jugar y a tomar la cerveza", alertó Domínguez Landa, quien también destacó que es "extraño" porque llegan a sus casas y, al parecer, nadie detecta el estado en el que van, no se dan cuenta de que han bebido alcohol.
"Esos niños empiezan a los ocho y por ahí de los 12 tienen su primera borrachera, a los 14 ya traen el alcoholismo en potencia y buscan nuevas cosas: empiezan con la cocaína (...) Son muchachos que a temprana edad ya se metieron todo, se inyectan o aspiran. Son vidas destruidas", lamentó.
Detalló que actualmente, 4 millones de personas en México tienen problemas fuertes con el alcoholismo. Alcohólicos Anónimos apoya en sus grupos a 150 mil adictos. Destacó que los más jóvenes tienen cerca de 14 años.
Por otro lado, dijo que en todo el país existen más de 15 mil grupos; aunque resaltó que en los últimos años más mujeres están solicitando ayuda para dejar de beber, eso no representa un aumento en el abuso de alcohol por parte de ellas, sino mayor apertura social.
Consideró que aún es más cuestionado ver a una dama entrando a un grupo AA que a un hombre, por lo que muchas siguen sufriendo la adicción en su casa.