El Centro Mexicano de Fertilidad desarrolló técnicas de criopreservación de espermatozoides y óvulos para que las personas que se sometieron a tratamientos oncológicos tengan la opción de tener hijos sanos.
Alberto Kably Ambe, presidente del Centro Mexicano de Fertilidad, catedrático y fundador de la especialidad de biología de la reproducción humana en la UNAM, explicó que el almacenamiento de espermatozoides y de óvulos han permitido preservar la fertilidad de personas que se sometieron a radio y quimioterapia o cirugías radicales.
"Suman 10 mil casos de éxito con una tasa de efectividad de entre 60 y 80 por ciento de tener un embarazo sin complicaciones", dijo el experto cuyo estudio fue publicado en la Revista Ginecología y Obstetricia de México y recibió el Primer Lugar en trabajos de investigación dentro del 66 Congreso Mexicano de Ginecología y Obstetricia, por tratarse de la única investigación en México con gametos criopreservados por más de 10 años.
El estudio
La investigación científica del especialista, quien instaló la primera Unidad de Reproducción Asistida en el Instituto Nacional de Perinatología, demostró que la preservación por más de 10 años de los espermatozoides, a una temperatura de menos 80 grados centígrados en pequeños tubos sumergidos en nitrógeno líquido, resulta efectiva para después realizar una fertilización in vitro en la pareja.
Los espermatozoides almacenados de hombres que se sometieron a vasectomía, que fueron operados por razones diversas, o bien que recibieron tratamiento oncológico, lograron, después de 10 años recuperaran su movilidad y morfología para ser usados en procedimientos de reproducción asistida.
Kably Ambe explicó que la criopreservación de tejido ovárico, embriones y gametos beneficia principalmente a los adolescentes cuya probabilidad de sobrevida cuando reciben tratamiento oncológico es de 80 por ciento.
"Los tratamientos de radioterapia, quimioterapia y cirugía salvan la vida, pero llegan a dañar la producción de células reproductivas o gametos. Actualmente hasta 80 por ciento de los pacientes que fueron diagnosticados con cáncer en la adolescencia, tanto en hombres como en mujeres, sobrevive y llega a la edad adulta.
"Algunos de esos pacientes pueden ver afectada su fertilidad durante su tratamiento. Lo que nosotros hacemos es hablar con los oncólogos y solicitarles que cuando tengan un paciente adolescente que vaya a ser sometido a un tratamiento contra el cáncer nos lo envíen para guardar sus gametos; óvulos en el caso de las mujeres y espermatozoides si son varones", explicó.
El también ex presidente del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia comentó que trabaja con todas las instituciones de salud, incluyendo al Instituto Nacional de Cancerología, para que se rompan con los mitos y se aproveche la preservación de la fertilidad, incluso en personas que postergaron el embarazo hasta los 40 años.
"Es muy comprensible que un muchacho de 18 años que se entera que tiene cáncer no está pensando en su fertilidad, lo que quiere es curarse. Es por eso que en ese momento debe incidir sobre las familias y los médicos, para que le digan que se va a curar pero que debe preservarse la fertilidad", añadió Kably Ambe.
En México existe más experiencia en la preservación de gametos masculinos o espermatozoides, que se realiza desde hace más de 20 años, porque es mucho más fácil obtener la muestra ya que no se necesita un procedimiento tan completo como en la obtención de óvulos en el que hay que dar un tratamiento a la paciente para que produzca varios óvulos, además de sedarla para extraer los óvulos del ovario.
Los gametos femeninos, explicó el especialista, se han comenzado a obtener y criopreservar en el país desde hace cinco años.
Trabajo con el Incan
Otro grupo de la población que se puede beneficiar de las técnicas de preservación de la fertilidad son las mujeres que desarrollaron cáncer y en algún momento de su vida desean ser madres.
El investigador trabaja con el Instituto Nacional de Cancerología (Incan) para detectar a estas mujeres y ofrecerles esta oportunidad de tener hijos en un futuro.
"Para asegurarles un embarazo de calidad, lo que se hace es que entre más jovenes sean, de preferencia antes de los 35 años, dejen óvulos vitrificados, con un procedimiento que es poco agresivo y así ella se puede embarazar en sus años 40 con un pronóstico de salud del feto similar al que ella tenía cuando tenía la edad en la que se obtuvieron los óvulos".
Los gametos femeninos y los masculinos se preservan en tanques de criopreservación y años después pueden ser descongelados y ser utilizados en un procedimiento de reproducción asistida.
En el caso de los espermatozoides que fueron criopreservados se pueden usar de dos maneras: en una inseminación artificial o en una fertilización in vitro. En el caso de los óvulos, después de haber sido conservados en vitrificación, solo pueden usarse en fertilización In Vitro.
El Centro Mexicano de Fertilidad (CMF) es pionero en reproducción humana desde 1991 y, desde entonces, cuenta con tratamientos de alta complejidad, en la que recurre a tecnología de punta, para lograr la prácticas y técnicas de reproducción asistida, avaladas con la certificación de la Secretaría de Salud, del Consejo Mexicano de Ginecología y Obstetricia, así como de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida.