De continuar la tendencia actual de merma de flora y fauna se perderán los servicios ambientales que nos proporciona la naturaleza; todo ello nos llevará a ambientes aún más degradados, afirmó Constantino Macías García, director del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.
Con la pérdida de servicios ambientales en muchas zonas —principalmente en los países pobres— "se puede acelerar el ciclo perverso de pobreza-deterioro-desigualdad, cuyas consecuencias serán incalculables", señaló el experto en el Día Internacional de la Diversidad Biológica que se conmemoró ayer.
Las crisis de migrantes no solo se relacionan con guerras, sino con la pobreza, y serán cada vez más intensas alrededor del mundo en la medida que perdamos a las especies y la capacidad de que el hábitat nos mantenga, explicó el académico.
Al perturbarse las funciones ecológicas, "muchas naciones no podrán salir de la pobreza y se generará mayor sufrimiento humano. El escenario es apocalíptico y debemos pararlo", sentenció el científico.
Por subsistencia
La efeméride proclamada por la ONU este año tiene por lema la "Incorporación de la diversidad biológica. Apoyar a la gente y a sus medios de subsistencia".
Según ese organismo, 2 mil 600 millones de personas dependen directamente de la agricultura, pero 52 por ciento de la tierra empleada para ese fin se ha visto moderada o gravemente afectada por la degradación del suelo, lo que impacta a mil 500 millones de habitantes del planeta.
Se calcula que cada año se pierden 12 millones de hectáreas de tierra cultivable como consecuencia de la sequía y la desertificación, en las que pueden sembrarse 20 millones de toneladas de cereales. A escala global, 74 por ciento de los pobres se ve directamente afectado por esa degradación.
Macías García explicó que se han registrado cinco grandes periodos de extinción antes del actual, pero en éste la pérdida de especies es sumamente acelerada. La era que vivimos, y a la cual se ha dado en llamar Antropoceno, se caracteriza por la desaparición masiva de animales y plantas, causada por una sola especie: la humana.
El experto opinó que los humanos "hemos sido muy creativos" para dañar el ecosistema. Una de las maneras como el humano está acabando con especies es la devastación de hábitats, pues hay ejemplares endémicos que evolucionaron en un sitio particular y si se destruye su ecosistema, se registra la extinción local y definitiva de la especie.
Otra es mediante la degradación de los ambientes; por ejemplo, aún existen los ríos, pero con basura, aguas residuales y contaminación por químicos se provoca la muerte de los organismos que los habitan.
Una más "terriblemente insidiosa porque la hacemos todo el tiempo", es mover especies de un lado a otro. En nuestros jardines tenemos plantas que ni siquiera sabemos de dónde vienen, o pastos para alimentar ganado que ahora son una plaga y que afectan a los ejemplares nativos, como los mezquites.
En ríos y lagos habitan carpas de China o tilapias de África, que no solo dañan a nuestros peces, sino que los pueden llevar a la desaparición.
Sin conciencia
Macías García destacó que no hemos tomado conciencia de la importancia de la diversidad biológica para nuestra supervivencia.
"Una comunidad biológica a la que le quitamos especies pierde funcionalidad; un cuerpo de agua donde habitan peces, anfibios y plantas tiene un balance que le permite estar limpio, pero si retiramos un elemento, como los anfibios, se llena de mosquitos capaces de transmitir infecciones", señaló.
Además, la biodiversidad es una fuente potencial de conocimientos prácticos que podemos perder. Los organismos evolucionan para contender con el ambiente. Así, las plantas, para evitar que se las coman los herbívoros, producen sustancias que podrían ser fuente de fármacos, refirió el universitario.
"Las soluciones de vida que esos organismos han encontrado nos pueden ser útiles, pero nunca sabremos cuáles son si no los conservamos", puntualizó.
Por último, el experto indicó que el mayor impacto para las especies del planeta lo generamos los habitantes de las ciudades y una alta proporción de los plásticos que tiramos se va al mar y provocan la muerte de mamíferos, peces y aves, aseguró.
"Es momento no solo de procesar la basura, sino de generar menos y consumir de manera sensata", finalizó.