El Museo de Bellas Artes (Kunstmuseum) de Berna (Suiza) se mostró hoy sorprendido y encantado por recibir como legado la colección de arte del millonario alemán Cornelius Gurlitt, fallecido ayer, compuesta por unos 1.400 cuadros de artistas de renombre mundial y de un valor inestimable.
El legado fue conocido tras abrirse el testamento de Gurlitt, quien declaró como heredero universal de su colección al museo de la capital suiza, a pesar de que nunca había tenido una relación con esta institución.
"El Kunstmuseum fue informado por Christoph Edel, abogado de Cornelius Gurlitt, quien murió ayer, por teléfono y por escrito, de que éste designó a la fundación de derecho privado Kunstmuseum como su único y total heredero", indicó el museo mediante un comunicado.
Aseguró que la noticia fue totalmente inesperada en vista de que "el señor Gurlitt nunca tuvo vinculación con el Kunstmuseum de Berna".
"El consejo de administración y los directores del museo están felices, pero al mismo tiempo no ocultan que el magnífico legado trae consigue una enorme responsabilidad y abundantes preguntas sobre cuestiones muy sensibles", reconoció la institución cultural.
Las cuestiones por resolver -precisó- son de orden "ético y legal", y adelantó que por el momento no está en condiciones de ofrecer más detalles hasta que no reciba la documentación necesaria y entable contacto con las autoridades competentes.
Entre las obras que detentaba el millonario alemán había varias robadas por el régimen nazi a sus propietarios judíos, lo que se conoció a través de la prensa el año pasado y volvió a lanzar el debate sobre la restitución de este tipo de bienes.
Gurlitt alcanzó un acuerdo con el Estado alemán para restituir las pinturas en cuestión, las cuales debían ser identificadas en el plazo de un año.
