Cultura

Miguel Cabrera y el fervor Guadalupano llegan al Museo del Virreinato

La imagen de la Virgen de Guadalupe que pintó Miguel Cabrera, tras ver el Ayate de Juan Diego, es una de las joyas que se exhibirán a partir del 7 de noviembre.

La imagen de la Virgen de Guadalupe que pintó Miguel Cabrera, tras haber inspeccionado el Ayate de Juan Diego, es una de las obras clave que fue determinante para que el Papa Benedicto XIV declarara oficialmente el culto a la Guadalupana, y es una de las joyas que se exhibe en la exposición Miguel Cabrera. Las trampas de la creación, la cual será inaugurada el próximo 7 de noviembre en el Museo Nacional del Virreinato.

La obra que lleva el título La proclamación pontifica del patronato de la Virgen de Guadalupe sobre el reino de Nueva Espala (1756), explica Verónica Zaragoza, curadora de dicha exposición, la realizó Miguel Cabrera luego de que en 1751 la Colegiata de Guadalupe le encargara, a él y a otros pintores, examinar directamente la imagen de la Guadalupana estampada el 12 de diciembre de 1531, con el fin de que juzgara si se trataba o no de una obra humana.

De la observación directa del ayate, Miguel Cabrera sacó una copia de la Virgen que mandaría al padre jesuita Jesús Francisco López, quien a su vez la llevó ante el Papa Benedicto XIV para conseguir la proclamación del patronato de la Virgen de Guadalupe sobre el reino de la Nueva España. Y es precisamente dicho tema al que alude la escena de esta pintura, que pertenece a la Fundación Carlos Slim.

La experta dice que el 25 de mayo de 1754 quedó solemnizada la fiesta y legitimidad del patronato en todos los reinos, con lo que la Guadalupana fue entonces invocada como patrona principal y universal de la Nueva España.

Aunque el óleo sobre lámina no está firmado, el investigador Jaime Cuadriello se la adjudica al pintor novohispano Miguel Cabrera, luego de haber análisis de su pincelada y la descripción de los personajes, como Juan de Zumárraga, primer obispo de México, en 1528.

La exposición Miguel Cabrera. Las trampas de la creación, integrada por 71 piezas, 45 de las cuales son pinturas, 17 libros, cuatro documentos y cinco esculturas, alude a la relación de Miguel Cabrera con la Compañía de Jesús, con la que trabajó desde 1752 y hasta su muerte en 1768.

La muestra presenta obras excepcionales del artista y de algunos de sus contemporáneos para dar cuenta de la producción artística de este creador, considerado uno de los más célebres del siglo XVIII.

Para mostrar lo mejor de la obra que realizó para la Compañía de Jesús, un equipo de profesionales limpia y restaura el óleo de gran formato Ignacio herido en la batalla de Pamplona (1756-1757), así como algunos libros y, la obra emblemática que ocupa la portada del catálogo de la exposición la Divina Pastora, que llegó al museo en 1970, procedente del Antiguo Mueso de Arte Religioso de la Catedral de México.

Hallazgo y dilema

La selección de obra para la exposición Miguel Cabrera. Las trampas de la creación, llevó al equipo de restauradores del Museo Nacional del Virreinato de Topotzotlán, a realizar un gran descubrimiento en su propio acervo.

Al emprender un proceso de limpieza y restauración de sus obras, apoyados en luz infrarroja y ultravioleta , se encontraron con que el óleo sobre tela La Sagrada Familia y el hermano Pedro Basto, que pintó Miguel Cabrera en 1752, tenía una inscripción, la cual a simple vista no se veía, porque fue cubierta con una grasa, con betún de Judea.

La hipótesis de la restauradora Xochipilli Rossell, es que se tapó para evitar que el cuadro fuera destruido en el momento en que la Compañía de Jesús fue lanzada de territorio novohispano, en 1767.

Para mostrar este hallazgo, se limpió la obra y se dejó a la vista el nombre de "Pedro Basto", de la Compañía de Jesús. Quedando oculto el relato que se localiza en la parte inferior de la obra.

La restauradora y la curadora de la exposición coinciden en que fue un dilema tomar esa decisión, porque cubrir esa leyenda para salvar la obra, hace referencia a un momento histórico muy significativo.

Verónica Zaragoza como curadora de la muestra, recuerda que Miguel Cabrea fue un prolífico artista que dejó un importante legado en el Templo de San Francisco Javier, en Tepotzotlán, espacio que forma parte del actual Museo Nacional del Virreinato, Antiguo Colegio Jesuita.

Al terminar el recorrido por la muestra, la especialista aclara que no hay fecha exacta del nacimiento de Miguel Cabrera debido a que no existe su Fe de Bautismo, no obstante, se conoce que Oaxaca fue el lugar donde vio la luz por primera vez, ya que en su testamento el propio artista escribió: "yo Don Miguel Cabrera, profesor del Noble Arte de la Pintura, Natural de la ciudad de Antequera en el Valle de Oaxaca, vecino de esta corte de México (...).

La exposición Miguel Cabrera. Las trampas de la creación, permanecerá montada hasta el 21 de febrero del 2016 en el Museo Nacional del Virreinato, en Tepotzotlán, en el Estado de México.

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Leticia Sánchez Medel
  • Leticia Sánchez Medel
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  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.
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