Más allá del chocolate, el cacao tiene múltiples aplicaciones que van desde la gastronomía hasta los cosméticos.
Por ello, una amplia variedad de productos se estarán exhibiendo en el Museo de Historia Mexicana del 11 al 14 de agosto, en la tercera edición del Festival Del Cacao al Chocolate.
En esta edición participarán 30 expositores provenientes de Tabasco, donde más allá del chocolate expondrán una serie de productos originados a partir de la semilla prehispánica.
Existen una serie de "disputas" entre los países latinoamericanos por reconocer al cacao como fruto de origen. En México, era utilizado como moneda de cambio pues era altamente apreciado entre las civilizaciones antiguas.
Las dos visitas anteriores el festival han generado una alta expectación por el público regiomontano, explica Cecilia García Gómez, representante de la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo en Tabasco.
Durante su presencia en Monterrey se estarán ofreciendo talleres, conferencias, presentaciones de libros y degustaciones, todas teniendo al cacao como protagonista.
Los visitantes podrán apreciar cómo son las semillas del cacao y de las cuales se producen un sinfín de productos. Espacios como la Hacienda de Jesús María, una de las más representativas cocoteras de Tabasco, brindará una serie de productos distintos a los visitantes.
"No todo el cacao es para hacer chocolate. Traemos otros productos que son novedosos, productos de artesanos tabasqueños, como salsas, mermeladas u artesanías como carteras, anillos o aretes", explicó Vicente Gutiérrez Cacep, propietario de la hacienda María Jesús.
El horario de venta de los productos será de 10:00 a 20:00 en el Vestíbulo del Museo de Historia Mexicana, venta que arranca el próximo jueves 11 de agosto.
Durante todos los días (salvo el sábado) habrá catas o maridajes de productos derivados del cacao, las cuales son programadas a las 18:00 y abiertas al público y sin costo.
El Festival Del Cacao al Chocolate estará realizándose en la ciudad hasta el 14 de agosto en el MHM, ubicado en Juan Ignacio Ramón y Diego de Montemayor, en el centro de Monterrey.
EMB