A 22 años de haberse estrenado en Broadway, Master Class, obra del dramaturgo estadunidense Terrence McNally, llega a México en la versión de tragicomedia dirigida y adaptada por Robert Sturua, quien ha sido calificado como el director teatral más importante de la era moderna de Georgia y quien es director de la compañía Shota Rustaveli.
Para comprender la importancia de la presencia de esta agrupación en nuestro país, baste recuperar las palabras del empresario, coleccionista de arte, filántropo y primer ministro de Georgia entre 2012 y 2013, Bidzina Ivanishvili: “El teatro de Sturua era una isla de libertad en la era soviética. Su obra fue la protesta en una etapa sofisticada y se convirtió en un asilo espiritual para muchos”.
Sturua ha obtenido reconocimiento internacional por sus interpretaciones originales de las obras de Brecht, Shakespeare y Chéjov. Su teatro es una mezcla entre lo trágico y lo cómico, la farsa política y el melodrama, la comedia clásica y la filosofía, todo ello salpimentado por su agudo sarcasmo.
Ha recibido innumerables reconocimientos en Georgia, la ex Unión Soviética y el extranjero, como los premios Albert Schweitzer, el del Club Chaplin, el Estatal de Argentina, el Chaika en Rusia y el Stanislavski. También fue nombrado Embajador Mundial del Teatro.
Por su destacado trabajo la crítica teatral acuñó el término “teatro de Sturua” para referirse a su manera de entender, transformar y presentar el trabajo dramático en escena.
Carácter extraño
Sturua y Shota Rustaveli presentarán en México tres funciones de Master Class, la primera ayer por la noche, mañana a las 18:00 y el lunes a las 20:30.
En la conferencia de prensa para la presentación del montaje el director georgiano prometió una visión muy profunda en torno a un personaje reconocido y polémico: la soprano griega Maria Callas.
La obra aborda la época en la que Callas, al final de su carrera, realizó talleres en la Juilliard School of Music en 1971. Su carácter extraño y en constante cambio se muestra durante las clases con sus estudiantes o “víctimas”, como solía llamarlos. Sorprendentemente ingeniosa, Callas se esfuerza por lograr el rendimiento perfecto de sus estudiantes y, al mismo tiempo, recuerda su pasado, de haber sido un patito feo y odiar a sus competidores, aunque haya ido en constante ascenso. Poco a poco su personalidad, sorprendente y vulnerable, se muestra a través de su imagen estelar.
“Había un círculo muy interesante alrededor de Callas, y eso se reflejaba en los periódicos, pero de ella debe haber muchísimo más que de la historia que sabemos”, dijo Sturua.
Callas fue quizá la cantante de ópera más admirada e idolatrada durante el siglo XX, aunque también fue cuestionada y criticada debido a su controversial vida tanto en los grandes escenarios del mundo como en el ámbito personal.
Esta versión de Master Class será musicalizada con piezas de Ludwig van Beethoven, Vincenzo Bellini, Giuseppe Verdi, Giacomo Puccini y Giya Kancheli, interpretadas por Lela Alibegashvili como Maria Callas, la primera soprano Lela Akhalaia, la segunda soprano Ketevan Svanidze, el tenor Archili Gogitidze, así como David Darchia, pianista acompañante, y Davit Uplisashvili, tramoyista.
En un artículo publicado en 1997 en The Guardian, Terrence McNally escribió: “En los años cincuenta los amantes de la ópera lanzaron verduras a Maria Callas. Ahora solo lanzan superlativos. Es curioso cómo la gente reescribe la historia.
“La Callas es hoy amada por todos y más aún que los Tres Tenores. Yo la recordaré en sus actuaciones y sus clases magistrales públicas: Callas era una guerrera. Ella nunca se retiró. Me alegro de haber estado en las trincheras con ella. La Edad de Oro de Callas, a pesar de los revisionistas, fue corta y amarga; todo lo demás es posCallas. Pensar en ella como una Edad de Oro Inmortal no es escuchar en absoluto su verdadera voz”.
MacNally explica que en casi todas sus presentaciones Callas pagó el precio por no ser una cantante “perfecta”, como tanto reclamaban los exquisitos seguidores de la ópera de aquella época. “Para ellos, para nosotros, para mí, Callas hizo ópera en vivo. Hizo que las notas y las palabras de los grandes compositores y poetas románticos italianos del siglo XIX sonaran espontáneas, inevitables e incluso naturales”.
La obra de teatro, que será presentada con subtítulos, forma parte de la edición 33 del Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, y será escenificada en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.