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Magela Baudoin: habitante del mundo y el cuento

Presentó el libro que lleva como título La composición de la sal.

 


Periodista, escritora, lectora, alucinada por Juan Gabriel. Hay muchas palabras para describir a Magela Baudoin, aunque ella misma está en contra de la clasificación. Nos sentamos durante unos minutos en el stand de Almadía durante la Feria Internacional del Libro. Una entrevista que parece entender como periodista, mas no como escritora.

Cuando le pregunté qué le gustaría preguntarse a sí misma, al mismo estilo que Juan Gabriel lo hizo, respondió: “Nada, no me entrevistaría, no soy tan importante”. Aunque quizás el galardón por ser la acreedora al II Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, que pretende convertirse en el premio de cuento más importante en habla hispana, esté en desacuerdo. “No me gusta preguntarle cosas a los escritores, normalmente somos bien aburridos”, continuó ante la invitación a compartir la pregunta que le haría a un escritor, “me gusta leerlos, más que hablar con ellos de lo que ellos creen de su trabajo”.

Magela Baudoin presentó su libro junto con Alberto Manguel, quien fungió como jurado del premio, el pasado martes, libro que lleva como título La composición de la sal, libro conformado por cuentos. En ésta, Manguel se refirió a la labor de la boliviana como “escribir alrededor de una verdad central que nunca se revela”. Así funciona al menos en el cuento que le da el nombre al libro, un cuento en el que un hombre ya mayor no puede controlar su llanto, después de muchos años de no llorar. Después de ver al doctor, ve un anuncio en la calle que dice “se cura el espanto, se dan baños de alegría”, por lo que le recetan darse un baño de mar, claro, en un país sin costa. Cuentos, como comentó Manguel, que logran una perturbación de la realidad sin revelarse por completo, una verdad que permanece prudentemente fuera del agarre del lector, aunque sí puede intuirla y acariciarla.

Manguel es escritor, ensayista, traductor y antologador, además de un lector minucioso. “El mejor lector”, comentó Magela, que se define a sí misma como una lectora lenta e inocente. “Yo creo que mi formación como lectora está en el origen, en la infancia, en la manera en que los libros estaban siempre cerca. Tengo conciencia de ser una lectora muy lenta, bastante inocente, de modo que siempre ando armada de un lápiz: rayo, anoto lo que no entiendo, que es a menudo mucho, vuelvo, releo, y es así como me imagino al lector de mis libros: un lector que quiere hacer un pacto de lectura y que le gusta ser perturbado, le gusta ser incomodado”. Y aunque se ha desempeñado en otras formas de escritura, se siente en casa con el cuento: “Siempre lo he escrito, porque habito muy bien en él, porque es la manera más fácil para mí de estar en contacto con otros mundos”.

Acepta también la compatibilidad del género del cuento con los tiempos de Internet: “está muy a mano de los lectores, a un click de distancia puedes leer un cuento de Fernanda Trigas o de Alejandra Costamagna o de Liliana Colanzi o de cualquier otro”. Aunque hablemos de casa figurativamente: Magela escribió gran parte de su libro en Buenos Aires, e intenta ser una viajera frecuente, rasgo que también permea su escritura. “Me contamina el mundo y escribo”, recita. “Lo que pasa es que uno es un cazador y siempre está alerta, entonces yo creo que casi todos los escritores llevamos libreta o el celular o lugares donde vamos acumulando estas cosas, estas pequeñas perlas de la realidad”.

Si le pides resumir su libro en pocas palabras, se siente incapaz. “Jamás haría eso, es una trampa para el lector, iría contra todo lo que los respeto, jamás. Diría: adelante, pásese, lea.”

Periodista durante más de veinte años, la relación entre su yo periodista y su yo narradora no es una de lucha, sino de colaboración: “Me doy cuenta que mi olfato periodístico siempre está curioseando el mundo y siempre está problematizando el mundo y que ésa es una materia narrativa muy fértil, que luego yo utilizo con mi yo narrador que es un yo más brujo que está buscando cuáles son los significados de esas imágenes y dándoles como un origen y un devenir”. Una ayuda constante: la periodista encuentra, olfatea, y la narradora es la que le da forma. Así se suman elementos a su lista de atributos: Periodista, escritora, lectora, alucinada por Juan Gabriel, habitante del cuento, escritora premiada, viajera, cazadora y un poquito bruja. Pues bien, pásele y lea.

GPE

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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