El trabajo desarrollado por Beatriz Gutiérrez Müller pareciera ser el de una historiadora, pero en realidad está más cerca de la literatura. Por ello, cuando habla de Solón Argüello y de Rogelio Fernández Güell piensa en ellos más como dos escritores importantes en los primeros años del siglo XX, que en su faceta como revolucionarios... “aunque vida y obra no se pueden separar”, reconoció la catedrática de la Universidad Autónoma de Puebla.
En conversación con Carlos Marín en El asalto a la razón, de Notivox Tv, la investigadora recordó que quiso aproximarse al mundo cercano de los amigos de Francisco I. Madero, “porque estas revoluciones no se hacen en solitario. La revolución maderista fue muy difícil de conseguir, mucha gente abandonó a Madero en el camino y descubro, con sorpresa, que había muchos extranjeros. Hubo una parte del ejército en Juárez llamada la Legión Extranjera y estaba capitaneada por Giussepe Garibaldi.
“Pero como a mí me gusta la literatura, no tomé personajes fortuitamente, sino me preguntaba qué hace un escritor o un periodista, un poeta, en una revolución. Esa fue mi pregunta inicial”, a decir de Gutiérrez Müller, quien a partir de dos de esos personajes escribió el libro Dos revolucionarios a la sombra de Madero (Ariel, 2016).
Se trata de la historia de Solón Argüello y Rogelio Fernández Güell, el primero nicaragüense y el segundo costarricense, ambos parte de un grupo de intelectuales que participó en el movimiento revolucionario. La autora señaló comentó al director general editorial de Notivox que espera tener suficiente material en el futuro para ir recuperando vida y obra de estos personajes.
“Tengo ahora un salvadoreño y un alemán, pero también algunos autores mexicanos desconocidos, como el poeta Alfonso Zaragoza, a quienes hay que rescatar. Es preciso recuperar ese patrimonio literario de México y está olvidado en las hemerotecas”, advirtió la historiadora.
Refirió que José Vasconcelos iba y venía dentro del movimiento. “Nadie le va a negar sus méritos, pero había una queja constante de muchos intelectuales de que no había compromiso”. Además, indicó, “hubo traidores, como Roque Estrada. Argüello es asesinado por las fuerzas de Victoriano Huerta, en agosto, y Fernández Güell regresa a su país y allá también es asesinado”.
Una mirada distinta
Los personajes de Dos revolucionarios a la sombra de Madero fueron importantes en la vida del prócer, porque compartían el interés por la doctrina espiritista. En otro de su libros, Viejo siglo nuevo, Gutiérrez Müller recorre todas las doctrinas esotéricas que tuvieron mucho éxito en el siglo XIX y germinaron en movimientos políticos, entre ellos el espiritismo con Madero.
“Se detallan pasajes en torno de la vida del personaje, como su presencia en la filosofía. Madero dejó su diario espiritista y están ahí las conexiones: la mediumnidad, como le llaman, la practicó Madero de 1904 a 1910. Hay apuntes escritos por él sobre los personajes con quienes Madero tenía comunicación”, enfatizó la investigadora en El asalto a la razón.
“Rogelio y Solón fueron modernistas, eso es importante. Es un cambio de época y el modernismo implica escribir de un modo distinto, es el imperio del verso libre. Particularmente Solón Argüello fue de la variante decadentista, como Mallarmé, una corriente muy importante porque está narrando un mundo imposible que ya está vencido; es una visión pesimista de la realidad. Rogelio estaba más cerca del estilo de Darío, interesado más en el verso del siglo XIX, en el endecasílabo, entregado a la rima sin versos”.
Y es que la escritora también se dio a la tarea de rescatar libros de ambos intelectuales: Antología poética, de Solón Argüello, y Episodios de la revolución mexicana, de Rogelio Fernández Güell, ambos coeditados por la Universidad Autónoma de Puebla y Ediciones de Lirio.
“Se trató de una labor bastante complicada, sobre todo para comprobar la autoría de las obras, porque no firmaban o usaban seudónimos y no tenemos una manera tan sencilla de conocer la identidad de los escritores”, argumentó la estudiosa.
En ese caso se encuentra Episodios de la revolución mexicana, cuyo ejemplar madre surgió en Costa Rica, en 1915, pero el libro no fue editado sino hasta 1973. Esta es la primera vez que se publica en México “y es una pena, porque el autor es un testigo de primera vista al ser amigo de Madero y ocupar puestos importantes en su administración. No se conoce realmente este documento en México por parte de los historiadores”.
Durante la charla con Carlos Marín, la catedrática aseguró que al rescatar a ambos escritores se ofrece una mirada alterna sobre un proceso histórico que ha sido estudiado desde diferentes trincheras.