Retoma el nombre de una de las publicaciones ya clásicas de El Colegio de México (Colmex), como lo fue y lo sigue siendo Historia mínima de México, coordinada por Daniel Cosío Villegas, quien desde la primera página planteaba los objetivos del volumen: “Sacrificar sin piedad” hechos e ideas de una importancia secundaria con el objetivo de presentar “única y exclusivamente el gran cauce de nuestra historia”.
Eso sucedió en 1973 y casi tres décadas después, en 2004, un equipo de historiadores de la misma institución actualizó aquella primera obra y surgió la Nueva historia mínima de México, el antecedente directo de la colección editorial Historia mínima, que, de 2009 a la fecha, ha publicado más de 40 títulos y tiene otros 30 en distintas etapas de elaboración y producción, bajo la coordinación de Pablo Yankelevich.
“La colección se piensa a la sombra o en el espejo de lo que Daniel Cosío Villegas había propuesto en aquella Historia mínima de 1973, quien escribió, en un pequeño prólogo, que los desafíos de hacer historias mínimas o sucintas eran dos: tener la capacidad de sintetizar, sin piedad, el relato histórico, dejando en las páginas del libro lo que para el historiador es lo mínimo del proceso histórico. “La segunda condición era hacerlo en un lenguaje llano, sencillo, accesible. La colección está pensada para públicos amplios, universitarios, no necesariamente especializados en las disciplinas, en los temas o en los asuntos que aborda la colección”.
Se buscó dividir la colección en tres apartados: México, América Latina y el Mundo, cada uno de los cuales reúne títulos sobre temas y procesos referidos a los más diversos asuntos del acontecer histórico, porque no se trata solo de reflejar hechos históricos o personajes, sino procesos.
“En los temas relacionados con la historia de México comenzamos por la historia mínima y luego una serie de títulos sobre economía, vida cotidiana, educación, hasta de la Inquisición en México; la segunda línea editorial tiene que ver con el mundo hispanoamericano, donde aparecen historias mínimas de cada uno de los países y de procesos históricos de América Latina, y la tercera está vinculada con historias mundiales, de países como Rusia, China, Estados Unidos, Japón y Corea, pero también de temas como el islam, el neoliberalismo, la música o la ópera”, cuenta el coordinador de la colección.
Aproximaciones
Según Yankelevich, en el mundo editorial en español los libros de alta divulgación histórica, textos escritos por especialistas en la materia de acuerdo con los avances de la disciplina, son poco atendidos.
“En el universo inglés o en el francés esto es relativamente cotidiano, pero no en el de habla española, más allá de la existencia de colecciones que han apuntado en esa dirección. Pero en la actualidad no hay una colección similar”.
Los autores de la colección Historia mínima son académicos de los distintos centros del Colmex y también destacados especialistas de instituciones académicas del país, Estados Unidos, América Latina y Europa, contratados por la institución para la elaboración de estas obras.
Explica Yankelevich, que el objetivo de compartir esas historias con un lenguaje llano y claro rige el trabajo editorial, lo que de alguna manera permite ampliar los desafíos del Colmex, de donde han surgido verdaderos iconos dentro de la historiografía mexicana, como la Historia general de México, en cuatro volúmenes, o la Historia de la Revolución mexicana.
“Son colecciones muy exitosas, pero son cerradas: tienen un determinado número de volúmenes y de temas. A diferencia de esas obras, esta es una colección abierta como el conocimiento, lo que no deja de ser un desafío editorial, aunque estar asociados con Turner nos garantiza una distribución en distintos espacios hispanoamericanos”.
Un consejo editorial integrado por los prestigiados académicos Soledad Loaeza, Carlos Marichal, Óscar Mazín, Erika Pani y Francisco Zapata es responsable de velar por el cumplimiento de los criterios que rigen la colección, donde lo más importante no es tanto competir con otras obras de divulgación histórica, sino ofrecer obras con rigor histórico.
“Son libros que quieren servir de introducción a ciertas cuestiones, a libros que por su propia factura se convierten en material de cátedra: la colección Historia mínima ofrece aproximaciones del tema abordado, pero siempre con el rigor del historiador”, explica Yankelevich.