Cultura

El violador en tu casa

Doble filo

“Debemos transmitir a las hijas confianza en sí mismas y respetar su derecho a una sexualidad libre”, dice Guadalupe Damián, protagonista de Una buena madre, que se presenta los martes en la Sala Novo del teatro La Capilla.

Cuenta la actriz Guadalupe Damián que le impactó tanto leer el monólogo Una madre, de Dario Fo y Franca Rame, que quiso utilizarlo en una versión libre “para crear un personaje que contara cosas que a mí me preocupan en estos tiempos”.

En el texto de los dramaturgos italianos quien habla es una mujer que se entera, a través de un noticiario de televisión, que su único hijo es miembro de la organización terrorista Brigadas Rojas y que ha sido detenido. En la versión mexicana es un joven que por las noches sale en manada a violar mujeres.

Independientemente del contenido de la obra, en este caso Una buena madre, destaca la soberbia actuación de Guadalupe Damián, quien es una cuando platica con Laberinto y otra muy distinta en el escenario; algo que suena a perogrullada, pero que en realidad sucede pocas veces: la mayoría de los actores suelen ser ellos mismos cuando trabajan.

En Una buena madre, el personaje Mariana narra con buen humor el proceso de gestación de Leo y los avatares de una madre primeriza a la que le encanta hacer panqués de arándano para expresar su amor. De hecho, los prepara realmente en la cocina donde se desarrolla toda la obra, dando como resultado que el pequeño espacio de la Sala Novo, del teatro La Capilla, se llene los martes con un dulce aroma.

Guadalupe Damián estudió actuación en el Centro Universitario de Teatro y ya había hecho un monólogo: Molière por ella misma, de Françoise Thyrion. Para la adaptación de Una madre contó con el amparo de la Beca para Creadores Escénicos del FONCA; en este montaje se dirige a sí misma con ayuda de Juan Carlos Vives.

Afirma que las mujeres mexicanas han sido, son y tendrán que seguir siendo valientes para ser libres. Al final de Una buena madre, Mariana toma partido por las jovencitas que han sido abusadas por la manada y actúa en consecuencia.

La actriz considera que la sociedad en su conjunto debe cambiar el discurso machista que se transmite de una generación a otra, incluyendo a las madres: “Es triste saber que algunas mamás de narcos se sienten orgullosas de lo que hacen sus hijos”. Añade: “También debemos transmitir a las hijas confianza en sí mismas y respetar su derecho a una sexualidad libre y placentera”.

Guadalupe Damián, quien considera que la base del cambio está en el cuidado de los niños propios y ajenos, dice que el próximo lunes, día del paro nacional de mujeres, se reunirá “con mi mamá, mis hermanas y sobrinas para hablar de nosotras y de mi bisabuela, que ya murió”.

ÁSS

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Fernando Figueroa
  • Fernando Figueroa
  • Estudió periodismo en la UNAM y es autor de El mejor oficio del mundo. 60 entrevistas, libro de charlas con personajes de la cultura, espectáculos y deportes, realizadas durante cuatro décadas.
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Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.notivox.com.mx/cultura/laberinto
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