El órgano Merklin de la Catedral de Guadalajara no endulza el ambiente sonoro con su música, ya que suma tres años sin ser tocado. Un plástico lo cubre a la espera de que se finalicen los trabajos restauración de las bóvedas, las cuales presentaron daños a raíz de la construcción de la Línea 3 del Tren Ligero.
“Hubo algunas fisuras en la Catedral en donde están restaurando hoy en día y es tiempo de que todavía no nos lo destapan el gobierno federal”, dijo el organista Miguel Arcángel Sandoval Del Toro.
El que más extraña el sonido del órgano es Miguel, quien es el encargado de cuidar y tocar este instrumento. El hombre de 55 años tomó este privilegio en diciembre del año pasado, luego de que falleció su padre, el señor Moisés Sandoval Lizardi quien fue el organista de la Catedral durante 60 años y con su muerte pasó el cargo a su hijo.
Su padre aprendió a tocar este instrumento en la Pontificia Fábrica de Órganos de Italia y cuando Miguel tenía 15 años comenzó a transmitirle su conocimiento.
Desde hace 40 años, Miguel dedica su vida a aprender el arte de cuidar y tocar el órgano. Según dice, le apasiona la melodía maravillosa que emite y atrae a propios y extraños ya que el gigante instrumento se compone de 65 juegos diferentes de sonidos de trompetas, clarinetes, oboes, fagots, flautas y trombones.
“Por lo grandioso, lo grandioso del instrumento y su sonido que envuelve toda esta Catedral de sonido (...)Cuando sus sonidos empiezan a escucharse envuelve todo el ambiente sonoro”, describe.
El órgano Merklin fue traído de Paris, Francia en 1892 y un año después se ofreció un concierto en la Catedral para estrenarlo. Con 129 años de vida, es el más antiguo del occidente de México.
“En nuestra república mexicana solamente tenemos tres órganos parisinos, estamos hablando del órgano que tuvo la Catedral de Coro en esta parte del frente (...) Entonces hoy en día el órgano de coro lo tiene el templo de San Juan de Dios, ahí está el órgano de coro de esta Catedral. El otro órgano que tenemos parisino lo tenemos en Mazatlán y está en desuso”, expuso.
El próximo 18 de enero el órgano Merklin cumplirá 130 años pero se desconoce cuándo terminarán los trabajos de restauración de las bóvedas para poder retirar el plástico que lo cubre actualmente y lo ha mantenido en silencio y oscuridad los últimos tres años.
SRN