En su estudio, sobre su atril, se despliega una de las obras en la que debería trabajar actualmente el pintor, grabador y escultor Antonio González Orozco (Chihuahua, 10 de mayo de 1933), sin embargo, la tragedia que lo envuelve, le impide por momentos continuar con este cuadro.
“Esta problemática es algo que me afecta anímicamente hasta para trabajar, sinceramente es algo que me quita el sueño, porque a mis 84 años de vida jamás había tenido un lío, un problema legal, francamente no es justo. No sé si alcanzaré a ver el final”, señala el artista, quien fue discípulo de Diego Rivera.
Con insomnio y alejado de su refugio creativo, en la sala de su casa González Orozco, el muralista quien es recordado por sus magnas obras Entrada triunfal de Benito Juárez a Palacio Nacional, que pintó en 1967 en el Castillo de Chapultepec, y por el mural Juárez, símbolo de la República contra la intervención francesa, el cual por 15 años —de 1992 a 2009— estuvo en la portada de los libros de texto de quinto año de primaria de la Secretaría de Educación Pública, del cual se difundieron alrededor de 44.2 millones de ejemplares en todo el país, toma fuerza y habla acerca del robo y del despojo del que ha sido objeto en los últimos años.
Muestra las carpetas de las demandas emprendidas por maltrato, robo y saqueo, en contra de sus hijastros Manuel y Agustín Germán Rodríguez Arriaga, así como de Nora María Franco González, quien fuera su abogada por alrededor de 15 años.
Es tal la incertidumbre que está viviendo que, al estar escribiendo sus memorias, a uno de los capítulos lo ha titulado “Cría cuervos o los entenados voraces”, que habla “de cómo las personas en las que confié y por las que sentía gran afecto, ahora me roban y me despojan”.
Rodeado de expedientes, el muralista dice a Notivox que desde hace dos años interpuso un recurso legal contra su hijastro por violencia familiar, por la probable comisión de los delitos de abandono de personas, por el caso de la señora Mercedes Arriaga, esposa del maestro González Orozco. Enseña copia de la capeta de investigación con el número CI-FJF/AEAM/UI-1 S/D/304/10-2016, del 12 de abril de 2016.
Sin embargo, no ha procedido la querella, pese a las pruebas aportadas para obtener la nulidad de testamento, debido a que la señora Arriaga fue llevada ante el notario Cecilio González Márquez, el 27 de febrero de 2016 para firmar su testamento. Estando muy mal de salud, meses después, ella fallecería el 21 de abril, sin que, por cierto, se sepa todavía dónde descansan sus cenizas.
“Lo que alega el hijo de mi esposa es que esta casa estaba a nombre de ella, y sí, porque yo la puse a su nombre, a pesar de que yo compré el terreno, yo construí, yo hice casi todo esto; yo puedo decirles dónde está cada tabique de esta casa, porque inclusive participé en el diseño, en la compra de los materiales... y que ahora de repente se me pretenda despojar de eso, adónde me voy. Yo me niego terminantemente a irme a otro lado que no sea aquí”, lamenta el artista.
En esta novela negra, otra de las denuncias interpuestas por el artista es por hurto, contra el hijo mayor de su esposa, Manuel Rodríguez Arriaga. “Él sustrajo de una de las paredes de mi casa una pintura virreinal del siglo XVIII, de extraordinaria factura, la Virgen de Los Ángeles, que mide 2.40 por 1.45 centímetros. Manuel vino a mi casa un día que yo estaba en Cuernavaca, pintando un mural, todavía mi esposa vivía, pero no le importó: descolgó el cuadro, él no sabía que estaba siendo filmado por las cámaras de seguridad, con lo que ese robo está documentado, no lo puede negar”, refiere mientras presenta las fotografías de ese día, el 15 de mayo de 2015.
Por si las pruebas no fueran suficientes, saca de uno de los expedientes, una carta firmada con fecha de 27 de julio de 1982, donde la dirección de restauración patrimonial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) suscribe que le cobró al señor Antonio González Orozco la cantidad de 25 mil pesos por la restauración de este óleo, con lo que demuestra su propiedad.
La obra del siglo XVIII está en manos de Manuel Rodríguez, según se observa en una página web, la obra está colgada en una de las paredes del Hotel Boutique La Siranda, en Pátzcuaro, Michoacán.
La historia no para ahí, Nora María Franco González, su abogada a quien todavía la llama Norita, también “le jugó chueco”. Le pidió siete obras para venderlas a un coleccionista, sin que hasta ahora le pague o le regrese las obras. El maestro presenta las copias de los cuadros en cuestión, y hasta los correos electrónicos donde se habla de la venta de las piezas y hasta del gusto de comprador; documentos que también integran la otra demanda a la que no “han dado seguimiento las autoridades judiciales”.
En ese orden, también fue despojado el pasado 21 de noviembre de 2017 de un local comercial de su propiedad, en la calle de Santa Catarina 207, en la colonia San Ángel Inn, donde su esposa empezó a vender los cuadros que pintaba el maestro González Orozco. Por la renta de ese espacio percibía recursos para su manutención, pero el artista comenta que ahora se metieron unas personas que supuestamente dicen que se las rentó, “sin que eso sea cierto”.
Mientras se arreglan los asuntos legales en la PGJ, su hijo Antonio González Arriaga imprime tazas con las imágenes de las obras del reconocido muralista, con la finalidad de venderlas en los museos o galerías, y de esta forma obtener recursos económicos.
El artista cuenta con el apoyo de la diputada federal Brenda Velázquez Valdez, quien le mandó el oficio GPPAN/BVV/052/2017 a Edmundo Porfirio Garrido Osorio, encargado del despacho de la Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México, para que dé seguimiento a la carpeta de investigación, se indague y sancione las violaciones de los derechos del muralista. En tanto que también la diputada federal Ernestina Godoy Ramos, secretaria de la Mesa Directiva, advierte nulo avance en este proceso “dejando en completo estado de indefensión y revictimación del artista.
“Siento una gran incertidumbre, de no estar seguro que voy a tener una justicia pronta y expedita, porque llevo mucho tiempo esperando una resolución y parece que el ritmo de la Procuraduría de Justicia de Ciudad de México, es demasiado lento”, cuestiona González Orozco.
>> Cronología del despojo
mrf