Más Cultura

Giovanni Sartori, pensador de la vida democrática

El politólogo italiano recibió en 2005 el premio Príncipe de Asturias y en 2015 la Orden del Águila Azteca, otorgada por el gobierno mexicano.

El politólogo italiano Giovanni Sartori, uno de los intelectuales contemporáneos de mayor relevancia a escala internacional, premio Príncipe de Asturias para las Ciencias Sociales 2005, falleció el lunes (aunque la noticia fue comunicada ayer) por complicaciones respiratorias, según anunció Luciano Fontana, director del diario Corriere della Sera, del que era editorialista.

“Adiós a Giovanni Sartori, nuestro editorialista y politólogo”, escribió Fontana en su cuenta de Twitter.

Tras conocer la noticia, numerosos personajes del mundo de la política han expresado su pésame por la pérdida de una de las voces fundamentales del mundo contemporáneo.

El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, describió a Sartori como un “estudioso que ha dado mapas y nombres a la política para que se encuentre a sí misma”.

Por su parte, la presidenta de la Cámara de los Diputados, Laura Boldrini, se refirió a Sartori como “un protagonista apasionado del debate cultural”, mientras que su homólogo en el Senado, Pietro Grasso, dijo que fue “una voz independiente que reforzó y nutrió a la opinión pública”.

En México, el presidente Enrique Peña Nieto escribió en su cuenta de Twitter: “Lamento el fallecimiento del politólogo Giovanni Sartori, referente fundamental en la evolución del estudio de la Ciencia Política”.

Defensor de la libertad

Nacido en Florencia el 13 de mayo de 1924, Sartori era conocido por ser uno de los pensadores más importantes de los últimos tiempos y también por ser autor de numerosos libros sobre la teoría de la democracia que han sido traducidos a diversas lenguas. Entre ellos destaca Homo videns. La sociedad teledirigida (2002), una obra en la que reflexionó sobre el poder de la televisión en las sociedades modernas.

Sartori contaba que leyó a los mayores clásicos de la filosofía moderna durante la guerra, en el periodo en el que estuvo escondido para escapar del llamado a las armas hecho por la república fascista de Saló.

En los años 50 entró como profesor en la Universidad de Florencia y de allí pasó, en los 70, a Estados Unidos, donde enseñó en la Universidad de Stanford, en California, y después en la de Columbia, de Nueva York.

Pronto comenzó a ser considerado uno de los personajes de mayor prestigio internacional en el ámbito del derecho constitucional, tanto que en 2005 fue reconocido con el premio Príncipe de Asturias para las Ciencias Sociales.

Diez años más tarde fue distinguido con el Premio FAES de la Libertad 2015, por su “firme defensa de los valores de la libertad y su importante papel internacional en el estudio de la democracia representativa”.

Ateo convencido, a lo largo de su vida profesional también dirigió mensajes mordaces contra la Iglesia católica y su control sobre la natalidad.

Su trayectoria fue merecedora de numerosos premios, entre ellos la medalla al Mérito Cultural y Educativo del presidente de la República italiana, el Comendador de la Orden de la Cruz del Sur, que otorga el presidente de Brasil, y la Gran Cruz de la Orden de Bernardo O’Higgins. En 2015 el gobierno de México le otorgó la condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca.

Entre sus obras más destacadas se cuentan también Ingeniería constitucional comparada, Partidos y sistemas de partidos, Teoría de la democracia y Cómo hacer ciencia política.

***

“La carrera hacia ningún lugar”, su más reciente libro

A su más reciente libro, La carrera hacia ningún lugar. Diez lecciones sobre nuestra sociedad en peligro (Taurus, 2016), Sartori habría querido intitularlo En marcha hacia el colapso, “para expresar que estamos avanzando en medio de la tontería y la extravagancia costosa, pero sin ninguna idea de cómo seguir siendo tantos, demasiados” (se acababa de enterar que la población mundial rebasa ya los 7 mil millones de personas).

Con esa premisa no es, pues, un libro optimista, ni tenía por qué serlo, pero los pequeños ensayos que ahí reúne muestran en todo momento una lucidez al servicio de la comprensión de los grandes problemas, retos y disyuntivas que se presentan a la humanidad. Su rechazo al mundo de la imagen electrónica sigue presente, lo mismo que el desprecio por las revoluciones (tanto si surgen de abajo como de arriba), “en virtud de la cantidad de violencia desplegada y la sangre derramada”.

El más audaz Sartori, el que revisa el islam y la cultura democrática o el que habla de suprimir las coaliciones electorales a fin de que los partidos se esfuercen en presentar lo mejor de sí (y eso que no pensaba en los partiditos mexicanos, convertido en rémoras y negocios familiares), luce igualmente en estas páginas que condensan algunas de sus más brillantes reflexiones.

Ariel González Jiménez/México

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.