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FIRA TÀRREGA 2016

Hacer la calle ha tirado de bruces a más de un osado. Ya quisiera ver a varios que presumen de popes y “adelantados” regresar a lo básico, a lo “elemental.

Hacer la calle ha tirado de bruces a más de un osado. Ya quisiera ver a varios que presumen de popes y “adelantados” regresar a lo básico, a lo “elemental”, a lo primario que es plantarse a cielo abierto delante del espectador y, contra viento y marea —campanas, claxon de auto, motores y gritos de la vía—, sostener la mirada atenta. Para mí ha sido una lección de vida asistir a España a Fira Tàrrega 2016, y repensar la frase de Goethe: “Quisiera que el escenario fuera tan estrecho como la cuerda de un equilibrista, para que ningún torpe osara pisarlo”. Es por ello que el riesgo que tomó Antonio Zúñiga, a invitación de Jordi Durán y Oriol Martí, directores de Fira Tàrrega, de realizar un montaje con gente de la comunidad de este pequeño pueblo catalán y su grupo Carretera 45 Teatro, me parece de lo más valiente. Ha salido airoso con su espectáculo Algo de mí, algo de ti. La pirueta en las alturas marchó perfectamente, conectada con el público desde una voz que juega con literaturas de ambos lados del Atlántico (García Lorca y Paz).

Misa fronteriza, de Luis Humberto Crosthwaite, bajo la dirección del regiomontano Alberto Ontiveros, fue el otro invitado mexicano a este festival que conjunta danza, teatro-danza, circo, acrobacias, teatro, instalación y performance en una pequeña ciudad que se vuelve toda escenario. Horas y horas de programación oficial parecerían suficiente pero paralelamente transcurre un off que desborda las calles con calidades diversas pero siempre invitando al asombro.

La Industrial Teatrera presentó Náufragos, espectáculo de clown impecablemente interpretado por Jaume Navarro y Cristina Soler, bajo la dirección de Jordi Purtí y Mamen Olías. Este par de náufragos empatizan con el público y le arrancan sonrisas y en algún momento nos aprietan un nudo en la garganta. El viaje emocional que la obra supone es producto de una construcción precisa y rigurosa de los números que en realidad cuentan una sola historia en una dramaturgia mayor. Por su parte, la Companyia de Circ EIA deslumbra con un espectáculo que involucra a cuatro acróbatas superdotados que, no conformes con mostrar sus capacidades enormes, construyen una nimia y no obstante profunda historia de relaciones humanas a partir de situaciones conflictivas mínimas.

Corroc es el espectáculo-instalación que Laura Tajada y Jordi Aspa han concebido como una experiencia poeticocientífica, por la que, como en un museo, nos guía Jordi de la mano de Bet Miralta, para estrujarnos literalmente el corazón. Faltaría hablar más de la riqueza de estos tres espectáculos y de la Fira Tàrrega toda que son, como se dice por acá, “una pasada”.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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