Cultura

Fernando del Paso en voz de Socorro

Escribir es un ejercicio solitario que se puede hacer entre dos. La trayectoria excepcional de Fernando del Paso es un logro individual, como la de todo maestro de la literatura, pero es mucho lo que debe a su mujer, Socorro. Da fe de ese hecho la

El pasado jueves 12 de noviembre Fernando del Paso ama­neció con la noticia de que había obtenido el Premio Cer­vantes, el más importante de nuestro idioma para un es­critor. Es el sexto mexicano en conseguirlo, lo precedieron Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pitol, José Emilio Pacheco y Elena Poniatowska.

El galardón reconoce a un escritor con "una erudición grotesca, macabra y dionisiaca", como alguna vez lo calificó el periódico francés Le Monde. Un escritor que desde su primer libro siempre ha estado acompañado por la misma mujer: Socorro, su esposa.

***

Fernando y Socorro del Paso se casaron el 14 de septiembre de 1957. Él tenía 22 años y la determinación de convertirse en escritor. A prin­cipio de los 60, los sábados, en su casa de la calle Isabel Lozano, en la colonia Narvarte, comenzó a reunirse con sus amigos José de la Coli­na y el colombiano Antonio Montaña —cada uno armado con su Olivetti portátil— para escribir, comentar sus textos y hablar, de qué más, de libros. Esa fue su escuela. "Ellos fueron mis mentores y guías en los mundos mágicos de James Joyce, Marcel Proust, Franz Kafka, Italo Calvino, William Faulkner y muchos otros grandes escritores" —recuerda una mañana de abril de 2015 en la que platicamos de sus pasiones: la literatura, la pintura, la música, la comida.

Socorro escucha. Nadie lo conoce mejor que ella. Él habla del libro que hicieron juntos: La cocina mexicana, y ella se agrega a la charla:

—Lo mejor del libro —dice— son los textos de Fernando; lo mío son recetas comunes.

—Socorro es una extraordinaria cocinera —acota Del Paso.

Durante 58 años han estado juntos. Tuvieron cuatro hijos: Fernando —el mayor, quien falleció hace seis años—, Alejandro, Adriana y Paulina.

Su libro más reciente es una investigación en tres tomos, de innegable actualidad luego de los sucesos del 13 de noviembre en París: Bajo la sombra de la historia. Ensayos sobre el islam y el judaísmo, de los que el Fondo de Cultura Económica ha publicado el primero; el segundo saldrá el próximo año y el tercero se encuentra, por ahora, detenido.

—La base del tercer tomo es la Biblia —señala Socorro—, que es tan importante para los musulmanes, judíos y cristianos.

Del Paso ha compartido con Socorro el proceso de escritura de todos sus libros; ella ha sido la encargada de pasarlos en limpio, una y otra vez hasta que quedan listos para irse a la imprenta, por eso le pregunto:

—Usted que ha visto todo desde el principio, ¿cuál es la novela que más trabajo le costó a don Fernando?

—A todas les dedicó mucho tiempo, mucho esfuerzo —responde.

—Sí, todas son obras monumentales, ¿pero alguna en especial...?

—Él ha amado siempre Palinuro, porque es un poco su vida. — ¿No es así? —, le pregunta.

—Yo no soy Palinuro pero Palinuro es yo porque digo lo que me hubiera gustado ser y quién pude haber sido —comenta Fernando del Paso.

—De La sombra de la historia, me gusta la primera frase en la que dices que estás escribiendo el libro no para enseñar... —dice Socorro. Del Paso la interrumpe y completa la idea:

—El contenido de este libro no es lo que quiero enseñar, es lo que yo quería aprender...

—Por eso digo —continúa Socorro— que si uno observa sus libros, todos son él. Cada uno le ha costado mucho trabajo, pero al mismo tiempo al escribirlos está haciendo lo que él quiere: aprender. Antes de empezar con La sombra de la historia, quería hacer otra cosa y, sin embargo, salió la Biblia y comienza a ver y aprender que ahí estaba toda una historia, porque lo que ha escrito en los dos tomos anteriores y lo que está escribiendo en el tercero es un libro sobre el holocausto, sobre los musulmanes, sobre la cuestión religiosa...

—Vaya uno para donde vaya —agrega Socorro—, siempre es lo mismo con los libros de Fernando. José Trigo es la historia de nues­tro pueblo. Por eso es tan importante lo de Tlatelolco. En un aniver­sario de los terremotos de 1985, armó para la revista Siempre! un texto con fragmentos de la novela; parecía que todo estaba sucedien­do en ese momento, que no eran cosas del pasado sino que estaba comentando algo actual.

—Su libro favorito de don Fernando es José Trigo, ¿por qué?

—Será porque es de la época es cuando él empezó, a los 27 años, con el primer cáncer. No sé si sea un invento mío, pero después de la primera radiación, yo lo veía con más ganas de escribir.

— ¿Usted escribía a mano? —le pregunto a Del Paso.

—A mano y a máquina —responde, atento a las palabras de su esposa, quien prosigue:

—Pero como él siempre corregía, yo iba dejando doble o triple espacio según me lo pidiera.

—Cuándo se fue de México, ¿pensó que se iba a quedar tanto tiempo fuera? —le digo Fernando del Paso.

—No, no sabía —responde.

—Gustavo Sáinz (quien estaba dando clases en la Universidad de Nuevo México), le ofreció a Fernando una beca, pero no nos pudimos ir porque se descubrió su cáncer y no sabíamos qué hacer. Después, cuando volvieron a ofrecerle irse a Estados Unidos (a la Universidad Iowa, en 1969), creímos que sí debía aceptar. "Esto no pasa más que una vez —pensé— y tiene derecho a irse". Aceptó y después siguió y siguió —refiere Socorro.

—De ahí nos fuimos a Londres (en 1971), donde estuvimos catorce años, y luego siete en París —dice el escritor.

Fernando del Paso regresó a México en 1999 y desde entonces vive en la capital jalisciense, donde actualmente dirige la Biblioteca Iberoame­ricana Octavio Paz, de la Universidad de Guadalajara. En marzo de 2013 sufrió varios infartos cerebrales que le afectaron la motricidad y el habla, pero nunca ha dejado de escribir, aunque a un ritmo más lento. Socorro recuerda estos problemas de salud y otros más lejanos:

—Cuando él tuvo el primer cáncer, todos lo desahuciaron, pero aquí sigue, trabajando todos los días. A veces ya no quiero ni ver los perió­dicos, para no encontrarme con que se ha muerto otro escritor. Pero nosotros, aunque ya tenemos el boleto, mientras no tengamos el nú­mero del asiento, aquí seguiremos.

El comentario hace reír a don Fernando; es un chiste privado para bur­larse de la muerte, todos tenemos el pasaje para irnos de este mundo, sólo falta que nos asignen el lugar —el día y la hora— que nos corresponde

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José Luis Martínez S.
  • José Luis Martínez S.
  • Periodista y editor. Su libro más reciente es Herejías. Lecturas para tiempos difíciles (Madre Editorial, 2022). Publica su columna “El Santo Oficio” en Notivox todos los sábados.
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