Mi deseo es que el arte deje de ser elitista. Que puedan disfrutar del arte en sus diferentes manifestaciones todos aquellos que visitan y viven la ciudad de Oaxaca", señala Fernando Andriacci, uno de los pintores mexicanos más reconocidos del país. Este sueño está hecho una realidad, pues en la alameda del centro de la capital oaxaqueña se encuentra un caballo monumental de lámina, llamado El Caballo de la Esperanza, de casi tres metros de altura, que forma parte de un paisaje ecléctico donde turistas y habitantes locales se pasean y se toman fotografías con el caballo de lámina roja y tonos dorados, lo admiran e incluso lo tocan.
Entrevistado por Notivox en su taller de la capital oaxaqueña, el artista plástico explica que "esta apuesta es el proceso de comunicación en sinergia con el arte". Originario del municipio de Cuicatlán, Andriacci propone no solo fomentar la creación artística, sino que ese arte forme parte de los espacios públicos, donde las personas hacen sus compras, llegan de viaje, tramitan permisos: que el arte forme parte de las calles de la ciudad.
Hoy, pasear por las calles de la ciudad de Oaxaca es disfrutar de la puesta callejera y en espacios públicos de esculturas y cuadros de Fernando Andracci. Así, un elefante infantil, una jirafa elegante y con pose lista para una selfie, una libélula gigante de color rojo con más de seis metros de altura, interactúan con el espectador.
Al preguntarle a Andriacci el origen de esta propuesta, afirma: "Oaxaca tuvo en años pasados la imagen muy fuerte de conflicto social a nivel nacional y en el extranjero. Oaxaca, para quienes nacimos aquí, es ciento por ciento cultural, no violenta. Hay municipios donde la gente no sabe leer pero toca música y pinta. Yo le apuesto a la educación y al fomento y creación del arte".
El creador plástico explica que sus grandes inspiraciones están en las obras de Sebastian, Francisco Toledo y Sergio Hernández, todos conscientes de lo que pasa en México.
"Amo Oaxaca, hay que sacarla adelante. Nuestra tierra ha forjado grandes hombres en la historia de México", afirma Andriacci, quien añade que su idea es estar siempre y tener presencia hacia el istmo, desde la costa hasta la sierra del estado. La entidad posee una gran diversidad de etnias, de diversidad cultural e ideológica, y entonces hay mucha tela de donde cortar, "podemos poner un granito de arena para que nuestra Oaxaca siga siendo el semillero de artistas plásticos".
Andriacci desarrolla un proyecto en Monterrey: es un complejo de dos torres, donde se va a poner un caballo en tonos azules llamado Equs. Posteriormente va a trabajar algunas piezas para niños con parálisis cerebral y autistas en esa misma ciudad.