La fotógrafa Johanna Siring ha retratado a músicos, modelos, actores e incluso a otros fotógrafos. Pero en uno de sus proyectos más recientes cambió a las celebridades por completos desconocidos.
En Kiss of a stranger, Siring retrató a 11 personas antes y después de besarlas para capturar los leves pero evidentes cambios en su rostro.
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Todas las fotos fueron tomadas durante la edición más reciente del Festival Roskilde, en Dinamarca, uno de los más importantes del continente.
Noruega de nacimiento, pero radicada en Nueva York, Johanna sigue un proceso simple: se acerca a alguien que llama su atención, le pide que pose para ella y luego pregunta si puede darle un beso. Si el sujeto aceptaba, Siring fotografiaba su reacción inmediatamente después.
En declaraciones al sitio i-D, Siring explica que el beso estimula las terminaciones nerviosas en los labios, lo que causa segregación de dopamina y oxitocina. “Es un desahogo de estrés instantáneo y crea un vínculo emocional inmediato entre dos personas”.
Puedes ver más de su trabajo AQUÍ.
Éstas son las fotos:
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