El palacio, construido en 1901, se convirtió en Archivo General de la Nación en 1977; pero ya es obsoleto, además de tener daños estructurales y un déficit para resguardo de 17.5 kilómetros lineales de expedientes, por lo que hay un proyecto para convertirlo en museo de sitio y que el acervo sea trasladado a un edificio nuevo, ahora en construcción; sin embargo, existe el riesgo de que sea cancelado.
Y si deciden interrumpir el proyecto, debido a dificultades económicas del país, advierte un documento oficial, significaría "que el patrimonio histórico documental de la nación continúe deteriorándose y no pueda ser restituido". Son alrededor de 375 millones de documentos en forma impresa, gráfica, hemerográfica, audiovisual y digital, "que permiten ser, en un solo espacio, revisados, consultados y exhibidos".
El Archivo General de la Nación (AGN) tiene documentos emblemáticos, como los originales de las constituciones de la República, el Acta de Independencia, los Sentimientos de la Nación y documentos del escritor José Revueltas, quien estuviera encarcelado en Lecumberri, junto con otros presos políticos y guerrilleros.
Los biombos del muralista David Alfaro Siqueiros, asimismo, "representan documentos de alto valor para profundizar en la ideología política que prevaleció durante la mitad del siglo XX y más aun en un momento histórico tan convulsionado como fue el periodo de 1960 a 1970".
El nuevo edificio, proyectado sobre un terreno adyacente, mide 172 mil metros cuadrados y albergará 150 kilómetros de acervo en 75 depósitos. Tendrá tecnología de punta. La inversión total está calculada en poco más de 3 mil 192 millones de pesos, monto que también servirá para remodelar el antiguo inmueble.
Resulta que el actual edificio, además de ser insuficiente, tiene problemas estructurales y cada vez aumenta el número de visitas. El año pasado, por ejemplo, se atendieron 13 mil 168 usuarios, que consultaron alrededor de 13 mil 565 piezas, entre expedientes, volúmenes y cajas, así como 29 mil 818 imágenes.
Por lo tanto, indica un documento, "también se realizará la remodelación y adecuaciones de 18 mil metros cuadrados" del Palacio de Lecumberri.
De acuerdo con el "Análisis costo eficiencia" de la Secretaría de Gobernación, con opiniones de especialistas de la UNAM y de otras instituciones, se considera que "el Palacio de Lecumberri se encontraba en una situación precaria y recomendaron acciones a implementar a la actual sede y la posibilidad de contar con el nuevo anexo técnico construido ex profeso para la conservación de archivos".
Los estudios comenzaron hace más de 10 años, lapso durante el cual se han perfeccionado con estudios y recomendaciones de expertos. Los diagnósticos sobre la seguridad del conjunto histórico, añade, "reflejan un grado de deterioro avanzado que tiene que eliminarse. Estos son: áreas de resguardo en biblioteca, almacenamiento e insumos materiales y servicios generales y barda perimetral".
El presente año concluye la obra negra "y se ejecuta la primera fase de acabados e instalaciones básicas y especiales", señala el resumen ejecutivo denominado Construcción del nuevo edificio del rchivo General de la Nación y remodelación de las instalaciones actuales y construcción de edificio con tecnología de punta en el terreno adyacente al Palacio de Lecumberri para la conservación de documentos históricos, de conformidad con las normas internacionales establecidas.
"Tenemos ahorita en el Archivo General de la Nación 52 kilómetros lineales de documentos, pero ya no caben, ya que están los espacios muy comprometidos; entonces se está construyendo un nuevo edificio que tendrá nuevas tecnologías para albergar y conservar la memoria documental de nuestro país", comenta el historiador Ángel Alejandro de Ávila, del departamento de Educación del Archivo.
El archivo, recuerda De Ávila, "tiene su origen en 1792, y cuando se consuma la Independencia se crea el Archivo General y Público de la Nación; en 1923 hay un cambio muy importante, pues al ser general y público, significa que todo aquel interesado puede consultar los acervos".
—¿Y qué harán con las actuales instalaciones?– se le pregunta.
—Está contemplado que sea un centro cultural con museo de sitio, tanto de la Penitenciaría como del Archivo General de la Nación.
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El documento subraya que para la remodelación de las instalaciones actuales se realizaron ajustes a los proyectos y se "complementaron con creación de otros, debido a nuevos diagnósticos que a detalle arrojaron nuevas propuestas de restauración arquitectónica para evitar daños estructurales mayores y alteraciones a las geometrías originales de los edificios con valor histórico, y que sobre todo resolvieran deficiencias de instalaciones básicas y de mantenimiento..."
Y a pesar de que hay avances en la nueva construcción, el documento admite, sin embargo, que existen "riegos asociados al proyecto de inversión", y "entre los factores que generan incertidumbre del proyecto de la nueva sede del AGN está en riesgo de que no se autoricen los recursos presupuestarios requeridos para ejecutar las etapas de construcción de acuerdo al calendario propuesto..."
Entre otros riesgos está el que, "ante las dificultades económicas por las que atraviesa el país, los precios de los servicios y bienes considerados en el proyecto pudieran dispararse como consecuencia de una fuerte devaluación en el tipo de cambio; situación que si no fuera compensada con oportunas y suficientes ampliaciones presupuestales podrían llevar a modificar los alcances del proyecto o en un determinado momento hasta suspender su ejecución".
La determinación de suspender la obra, advierte el proyecto, afectaría "el objetivo de preservar el patrimonio documental de la Nación, así como salvaguardar, organizar, conservar y describir los documentos y expedientes que conforman sus acervos, facilitando y promoviendo su consulta y aprovechamientos públicos".
Y "de prevalecer la situación actual –pronostica–, persiste el riesgo de pérdida por deterioro del acervo documental (52 kilómetros lineales), más los 35 kilómetros lineales de documentos concentrados en los archivos (...), que ya cubrieron sus vigencias administrativas y que ahora tienen valor histórico".
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Insiste el análisis: "El efecto de no contar con una infraestructura suficiente y adecuada podría repercutir en que, tanto los acervos documentales de la Administración Pública Federal como el patrimonio histórico documental de la nación, continúen deteriorándose y no puedan ser restituidos".
Enseguida se hace una relación de algunas "situaciones adversas" del viejo edificio que inciden en las tareas de preservación del acervo documental:
"Daños estructurales y hundimientos diferenciales"; las condiciones ambientales de las áreas de resguardo, "están fuera de los estándares internacionales recomendados"; instalaciones eléctricas obsoletas, "que podrían provocar incendios que a su vez generaría diversas contingencias".
"Conviene precisar", destaca el documento en su conclusión, que si se aplaza la ejecución, "debe ponderarse el riesgo de no concluir la obra con un avance físico del 85 por ciento y que el acervo resguardado por el AGN continúe deteriorándose, al grado que se pierda gran parte del patrimonio histórico documental de la nación".