Elisa Carrillo, primera bailarina de la Ópera de Berlín, regresa a México luego de 18 años de ausencia intermitente, para celebrar la quinta gala de estrellas Elisa Carrillo y sus amigos. Se trata de función única en el Palacio de Bellas Artes, en la que se presentarán las coreografías Arcángelo, del español Nacho Duato, así como Y el cielo sobre ese viejo día nublado, del alemán Marco Goecke.
“Quisimos hacer algo diferente a lo que se hace en una gala, que es traer pieza clásica tras clásica. [Las danzas presentadas] son algo que nunca se ha bailado en México”, explicó Carrillo en conferencia de prensa. Añadió que desde hace por lo menos una década las propuestas de ballet en Europa han sufrido una revolución, han ampliado los conceptos y renovado los movimientos. De ahí la importancia de hacer una exhibición de este tipo en el país.
“Sencillamente el mundo de la danza está abierto y es parte de lo que está pasando en el mundo. Las nuevas propuestas son trabajar el cuerpo de forma diferente”, explicó.
Aseguró que su intención de traer nuevas muestras no significa que las danzas clásicas desaparecerán sino, por el contrario, hacen de los bailarines artistas más versátiles y disciplinados; además, se abre un abanico de vertientes para que los jóvenes y próximos coreógrafos, libretistas y bailarines vean en las nuevas propuestas un mensaje más cercano.
Por tratarse del quinto aniversario de la compañía dirigida por Carrillo, la bailarina consideró importante realizar la exhibición con bailarines con los que ha trabajado día con día. Tal es el caso del ruso Rishat Iulbarisov, quien comentó haber quedado impresionado con el apoyo dado por el gobierno para traer a la fundación de Elisa Carrillo y mantenerla aquí.
La primera bailarina en la Ópera de Berlín coincidió en este punto con Iulbarisov y reconoció que el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, ha sido uno de los mayores promotores de la fundación, permitiendo que su trabajo abarque a más gente.
Añadió que intentan influir en la gente que aprecia la danza y mostrar las diferentes formas en que ésta puede inspirarla y cambiarla.
Arcángelo, que concluye con un aria de Alessandro Scarlatti, tendrá la participación de la bielorrusa Lyubou Andreyeva, del Eifman Ballet; del moldavio Dinu Tamazlacar y de la ucraniana Iana Salenko, ambos del Staatsbalett. Thomas Klein, encargado de parte de la producción, dijo que la pieza muestra cómo, “a través de la muerte, se puede encontrar la paz y llegar al paraíso”.
En el caso de Y el cielo sobre ese viejo día nublado, el libreto quedó a cargo de Nadia Kadel y la música es Guide to Strange Places, de John Adams. Su intención es centrar la atención en la parte superior de los nuevas bailarines en escena.
Aunque en el programa original se contaba con la participación de los bailarines mexicanos Rocío Alemán y Pablo von Sternenfels, ambos del Stuttgart Ballet, Carrillo dijo que por diversas razones no asistirían a la presentación. “Son dos bailarines muy talentosos a los que hay que seguir la pista. Espero que en el futuro puedan acompañarnos”, agregó.
Carrillo dijo sentirse orgullosa de haber sido nombrada una de las 100 mujeres más poderosas de México en 2016 por la revista Forbes, pero resaltó que esa misma razón es la que
la obliga a trabajar para acercar la danza a la gente, con propuestas nuevas y extender el trabajo de los bailarines al interior de la República: “Por qué no hacer que las nuevas generaciones se apasionen”, concluyó.
La gala Elisa Carrillo y sus amigos será escenificada el próximo sábado a las 19:00 en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
