Un trabajo de cuatro años de investigación sobre los baños de vapor públicos que se ubican en la Ciudad de México, el Estado de México y Tlaxcala derivó en un documental realizado por Dalia Reyes.
Se trata de "Baño de Vida", ópera prima de la cineasta que estudió Comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México y logró fusionar el rigor del periodismo y la belleza de contar historias visuales a través de una película.
"Este es el segundo año de festivales, la verdad es que le ha ido bastante bien a mi parecer, o mucho mejor de lo que esperaba. Quería contar como los baños públicos son un espacio de recuperación personal o de fuga personal y más que un mero espacio de limpieza, creo que para mí siempre estuvo muy claro que los baños públicos son una especie de fuga, de escape y de recinto", explicó.[OBJECT]
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Con una conferencia sobre realización de cine documental, Dalia Reyes se presentó en el Museo Arocena.
Recordó que egresó con una formación rígida sobre ciencias sociales y la nota informativa o periodismo puro y cuando llegó al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), encontró una forma de contar historias de manera lúdica.
"Cuando llego al CCC comprendo que ahí lo que falta es rigor y entonces me dieron un acercamiento al documental a partir de una hibridación de estas cosas porque siempre he creído que la teoría va junto con la práctica".
El trabajo en "Baño de Vida" se aleja del concepto que lleva a los curiosos a buscar en los baños públicos la pornografía, la historia se concentra en personajes y atmósferas con referencias de baños turcos, aún cuando en México los baños son espacios reducidos sin entradas de luz natural.
"Son lugares donde hay venta de alcohol, prostitución, se han hecho puntos de encuentro para la comunidad LGBT, pero yo no quería contar nada de eso, en algún punto mi conclusión fue que no quería hacer algo así de denuncia o amarillista, yo quería hacer un trabajo de personajes con atmósferas y de vapor y me costó mucho trabajo encontrar uno donde nos dejaran entrar a filmar y al final el trabajo de investigación y rodaje da un resultado muy satisfactorio".
Sin dinero para comprar un housing o caja de plástico hecha a la medida para proteger la cámara, su equipo de producción resolvió meter el equipo en una toalla y envolverla en película de plástico de cocina.
Dalia Reyes comentó que metía su equipo tres horas antes del rodaje para que la cámara se adaptara a la temperatura de sauna, lo que permitió tener excelentes imágenes de vapor.
dcr