Cony Múzquiz Hadad, directora del grupo de teatro de sordos "Miradas y Señas", explica que la vida de las personas que participan ahí ha cambiado por completo ya que se vuelven mucho más extrovertidas, disfrutan estar frente al público y de alguna manera se regula la seguridad de ellos mismos.
El grupo de teatro está conformado por ocho jóvenes que no tienen la capacidad de escuchar. Actualmente ensayan en las instalaciones del Teatro Nazas y desde hace seis años han presentado diversas obras para las familias laguneras.[OBJECT]
Cony Múzquiz dijo que día a día se enfrenta junto con sus alumnos con los distintos obstáculos que la sociedad les ha impuesto, como la dificultad para acceder a una educación de calidad con lenguaje de señas, un trabajo y un buen servicio médico.
En las artes no es diferente este panorama, ya que es el único grupo de teatro para sordos en todo el Estado de Coahuila y Durango, ahí también hay un rezago de oportunidades a nivel institucional.
Los sordos se enfrentan a un difícil panorama de comunicación en un mundo de oyentes, donde la infraestructura urbana, de ocio y de entretenimiento no está adecuada para su discapacidad, resulta difícil adaptarse a un mundo que no piensa en la gente con problemas de audición, señala.
El lenguaje de señas es su lenguaje natural, la sociedad los tiene estigmatizados incluso los sigue llamando sordomudos, cuando solamente son sordos y es correcto llamarlos así.
"Son jóvenes que han cambiado su vida, a raíz de tener contacto con el arte a través del teatro. Los actores se sienten tomados en cuenta en esta actividad, no hay que perder de vista que el mundo de la sordera es aparte, pareciera que ellos viven en un mundo completamente distinto al nuestro, incluso aislados".
"Cuando sienten el reconocimiento de la sociedad en el teatro a través de los aplausos en lenguaje a señas, se sienten visibilizados y reconocidos", dijo.
Para promover la inclusión, la directora de teatro incluye lenguaje a señas en todas las presentaciones que realiza en la Comarca Lagunera y en otros Estados en el país. Para que el público se de cuenta de que existe otra forma de comunicarse, a parte del habla y visibilice a esta parte de la población.
Múzquiz Hadad señala que los jóvenes empiezan desde cero, se les imparte talleres de teatro desde qué es el escenario, cómo hacer para caracterizar a un personaje, la misma exigencia que se tiene con una persona oyente se tiene con una persona sorda.
Cuenta que el gran reto fue aprender el lenguaje a señas, luego de trabajar en un inicio con un intérprete y batallar, decidió aprender el lenguaje a señas para comunicarse con sus alumnos. [OBJECT] Aprendió que en la comunicación no se pueden tener intermediarios y menos en una actividad tan expresiva como es el teatro.
A seis años de trabajar con personas sordas, la experiencia que le deja a Cony Múzquiz es una tristeza al darse cuenta de cómo la sociedad excluye a esta minoría de la población, sin embargo la fuerza y coraje de sus alumnos le han enseñado que no hay barreras ni impedimentos para las personas que quieren salir adelante, no importando su discapacidad.