La noche del pasado viernes la galería Project Art cerró su año artístico con la exposición de Edmundo Font, 'La Piscina de Matisse en Miramar'.
En la entrada del edificio de la colonia Aurora, preceden a la exposición, una gran pintura sobre un base convexa semi transparente que evoca la caída de una mujer al abismo de colores cambiantes; y una serie de tiras con fi guras similares a las recién restrenadas piezas en el MOMA de Nueva York.
"Edmundo dice que es una locura su exposición, yo digo que es más grande la mía por exponerla" bromea Caín Valdez, director de la galería de arte en Tampico. Es casi una despedida – de año, aclaro- las palabras de Caín hacia la galería, que hace un descanso "y es un halago hacerlo en grande con una exposición de Edmundo Font".
De hecho, esta es la quinta que expone el diplomático mexicano en el año en el país, algo que él califica como su año más intenso como creador artístico. El doctor Roberto Treviño explica la trascendencia para el arte plástica que significó Matisse, a quien Font rinde un homenaje.
"Hace diseños asombrosos para su época" refiere sobre el francés que "va rompiendo reglas" en su paso por la época, la que adelanta para el mundo del arte.
Relata los últimos años de Henri con sus enfermedades y la necesidad de trazar fi guras para recortarlas y hacer pintura del collage configuras estilizadas. "Son cosas habituales hoy en día, pero no existían en ese momento... él las hizo".
Sobre el trabajo de Font acerca de Matisse, detalla, "realmente Matisse llega a Tampico, Edmundo al hacer esta exposición hace una traducción del trabajo a nuestro lenguaje del pueblo".
Remata en el halago "demuestra que se pueden hacer cosas muy audaces aquí en Tampico". ¿Y qué es el homenaje de Font al Henri Matisse?
Una serie de fi guras recortadas sobre paneles de lona sobre la pared, simbólicas de la playa, su gente, biodiversidad, tradición, íconos, pero que con una ambientación de luces que 'rematizan' las fi guras a nuevas tonalidades, genera el aspecto de estar viendo perspectivas diferentes en el mismo espacio. Al fondo música que ayuda a un enfoque particular.
Edmundo Font dedica esta exposición "a mi gran amigo Jaime Camino, el gran cineasta español que falleció este mes en Barcelona y de quién el Festival anual Cecilia Ridaura había proyectado su última cinta 'Los Niños de Rusia' apenas unos días antes de su desaparecimiento".
Explica "esta piscina, donde ustedes van a nadar esta noche, en vez de agua fue llenada con luz, con haces desparramados sobre una fauna humana y una humanidad animal de seres que se diluyen en los colores extremos de una paleta plana que sin embargo nos inunda -nunca mejor, húmedamente dicho- de la felicidad de nuestra playa de Miramar, donde aprendí a ver las olas que aquí son lineales, para escribir con imágenes sobre su cuaderno oceánico.
Para este trabajo, al igual que Matisse, se apoyó de cuatro jóvenes para la instalación, Paulina Vilchis, Gabriela Bernal, Alex y Ási, a quienes agradece y quienes le contestan con una sonrirsa.
"Estos pendones guiados por los Nortes en medio de los que fueron creados en estos días ventosos de Tampico, y esta piscina virtual, más verdadera en su mensaje de movilidad humana y animal, no hubieran podido desplegarse sin la gracia y el talento de 4 jóvenes artistas alumnos de un centro cultural que irradia rigor y buena fortuna".
La noche trasciende entre una improvisación de flamenco con fondo de fi guras, colores y luces, como nadando en la que renombro, Piscina de Font.
