Anoche fue la primera presentación de la coreografía de Tierry Malandain, La Bella y la Bestia, que la compañía Malandain Ballet Biarritz escenificó en el Palacio de Bellas Artes, como parte del Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México. Es una pieza de ballet neoclásico que se basa en la lectura que hizo Jean Cocteau y fragmentos de las sinfonías quinta y sexta de Tchaikovsky.
“Esta es una historia muy antigua con muchas versiones; a la que apelamos en este montaje coreográfico es a la de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, una escritora francesa del siglo XVIII que inspiró a muchos, como al director de cine Jean Cocteau”, dijo el maestro de baile de la compañía, Richard Covaray.
La obra se presentó anoche y se repetirá el sábado a las 19:00; el boletaje se agotó, aunque la última presentación podrá apreciarse en la pantalla gigante colocada en el corredor Ángela Peralta, a un costado del recinto.
Según la bailarina mexicana Patricia Velázquez y el bailarín español Daniel Vizcayo, se trata de una historia que si bien recupera la trama fantástica que todos conocemos, Malandain anexa un personaje más: un artista que narra la anécdota que aquí presenta mayores contrastes entre las dualidades; por ejemplo, ellos dos representan el alma y el cuerpo del artista, respectivamente.
Covaray comentó que Malandain usa unos telones que podrían representar las hojas de un libro que van pasando, así como una mesa con patas de león que apunta al palacio de la bestia, porque “para este coreógrafo la danza solo requiere de la danza. Además necesitamos escenografías fáciles de transportar”, dijo.