La ex ministra francesa de Cultura Audrey Azoulay fue elegida ayer por el Consejo Ejecutivo de la Unesco para dirigir esa organización que, según ella misma reconoció, actualmente atraviesa “un momento crítico” tras la salida de Estados Unidos e Israel.
Azoulay superó por dos votos en la elección final al catarí Hamad bin Abdulaziz al Kawari. La francesa se hizo con 30 sufragios de los 58 del Consejo Ejecutivo de la organización, que propondrá su nombre a la Conferencia General que se reunirá el próximo día 30 y que oficializará su nombramiento el 10 de noviembre.
“Este proceso electoral se ha desarrollado en un momento de crisis en el que es mejor implicarse para relanzar la Unesco, para apoyarla y reformarla, pero no para abandonarla”, aseguró en su primera intervención Azoulay, quien de esta forma lanzó un dardo a Estados Unidos y a Israel, un día después de que anunciaran que abandonarán la Unesco descontentos con su modo de funcionamiento pero, sobre todo, por su supuesta “tendencia antiisraelí”.
Fue precisamente la inclusión de Palestina en 2011 lo que motivó que Estados Unidos, principal contribuyente a las finanzas de la Unesco, decidiera suspender su aportación, lo que recortó de forma importante el margen de maniobra de un organismo que, entre otras funciones, se ocupa de la salvaguarda del patrimonio de la humanidad.
Frente a esa postura, la futura líder de la Unesco pidió, “más que nunca”, sustentar a la organización. “Solamente con educación, con cultura, con ciencia podemos contribuir a largo plazo en los problemas del mundo actual”, aseguró en una comparecencia ante los periodistas en la que no aceptó preguntas.
La directora electa, que tuvo una experiencia ministerial de cinco meses en el gobierno del presidente francés François Hollande, recordó que la Unesco fue creada en uno de los momentos más trágicos de la historia de la humanidad, al terminar la Segunda Guerra Mundial, pero que sus fines “son actuales”.
Sin adentrarse mucho en las que serán sus prioridades, Azoulay aseguró que tratará de aplicar la Agenda de Desarrollo Sostenible de 2030 y que trabajará en la prevención de conflictos.
Desunión árabe
Nacida en París en 1972 y de origen marroquí, Azoulay, la segunda mujer en alcanzar la dirección general de la Unesco, es hija de una familia de banqueros judíos muy cercanos a la monarquía de ese país. Su victoria se considera en el entorno del organismo como una sorpresa y una constatación de la división dentro del bloque de países árabes, incapaces de presentar una candidatura unitaria a un puesto que les parecía prometido desde la segunda elección de Irina Bokova, la directora saliente.
Hubo hasta cuatro candidatos procedentes del mundo árabe. Al Kawari tuvo más apoyo en las primeras votaciones. En la final le fallaron las alianzas al ex ministro de Catarí.