El trabajo del guatemalteco se caracteriza por la investigación de los aspectos formales y conceptuales de los objetos y su función en las artes visuales. Su obra se ha exhibido en bienales, museos y galerías a nivel internacional.
Entre sus exposiciones recientes están: Lines of Flight, Darío Escobar en Nueva York, La ironía de la coincidencia en Tenerife, España, y A veces las cosas funcionan por las razones equivocadas en Ciudad de México, entre otras.
Michel Blancsubé (MB): Para lograr hacer que cualquier proyecto sea estético, amado o aceptado siempre tengo en mente el dorado: el oro en el arte. Me acuerdo haber escrito un texto que me hizo llegar a la conclusión de que los artistas no creen más en la virtud y en las posibilidades de la alquimia, sino que van directamente a la materia preciosa. Y pensando en que era la época con diamantes, es un poco más Goeritz. Creo que en la década de los 2000 el concepto de lo valioso, del uso de la materia sobrevalorada, tuvo un regreso muy fuerte. Nadie creía en la alquimia. En los sesenta la basura fue usada por el arte como un material sin valor, pero se le otorgó uno para jalarlo al campo del arte.
Darío Escobar (DE): Sí, como un proceso de descontextualización.
MB: Lo que haces tú...
DE: Que es exactamente el mismo ejercicio de trabajar esta conversación con la obra de Matías Goeritz. Me parecieron muy sugerentes todas las situaciones en las cuales él intentaba plantear, en relación con lo espiritual, esa idea de devolver la mirada hacia aspectos que, desde otro lado, no se podían volver a ver. Cuando trabajé esta serie de letreros, fue intrigante leer cómo Matías Goeritz desarrolló la idea de sus “Mensajes” cifrados, que son estas láminas, golpes y perforaciones donde él pretendía hablar de un mensaje, que no tenía particularmente un espacio de legibilidad. Se trataba de un mensaje tan cifrado que no podía entenderse. Por eso me pareció significativo pensar que en este ejercicio también había un mensaje al que tú y yo no íbamos a tener acceso. Con esto en mente, fue que decidí emparentar estas piezas de lata con estas piezas, tan icónicas dentro de la producción de Matías Goeritz y tan amadas por el mercado, a través del casamiento de dos espacios.
MB: Lo que intentaba Matías Goeritz con estas referencias era un tipo de intención transgresiva y sagrada.
DE: Yo lo vuelvo completamente diferente a la hora de utilizar letreros de cervezas, de tiendas y de tortillerías. Para mí, es provocar esta conversación, porque se unen dos elementos en un mismo espacio: la violencia y la poesía. Así que, a través de ese ejercicio lo que yo intentaba era provocar un corto circuito.
MB: Fue bastante entretenida la instalación que hicimos. Al final, el dorado que tenemos en esta pieza de Goeritz es el verso y tu efecto. Lo metes sugiriendo que la parte descifrable y fuerte es el frente.
DE: A mí me interesaba mucho ese frente corroído. Esa idea del metal vulgar y barato que se desintegra con el tiempo, pero que en su contraparte y en el reverso es dorado. Esos objetos valiosos de los cuales hablabas. Me parece importante pensar en ese ejercicio, ya que en los años sesenta y setenta, hubo una reconsideración de la materia en función de lo popular y vulgar que está en la calle. Quise transgredirlo y recontextualizarlo para darle un valor dentro de una cultura y una sociedad. Ahora, pareciera que el concepto de los materiales nobles y sobrevalorados en el arte es completamente un ejercicio de normalización; creo que la calavera de Damien Hirst es precisamente un claro efecto de este retroceso.
MB: Por ejemplo, en los 80, el filósofo alemán Peter Sund hacía una crítica al arte contemporáneo, decía que este era solo divertirse con decoración y nada de reflexión.
DE: Los grandes problemas que hemos tenido en los últimos años es la desaparición del aparato crítico. Ese ejercicio de reflexión y de recontextualización ha prácticamente desaparecido.
MB: Y al final, ahora existimos recalentando ideas que fueron estudiadas en el pasado. Siempre intentamos que parezcan algo nuevo; sin embargo, es algo que ya escuchamos. Goeritz también aplicaba un tipo de reciclaje en la producción de sus obras.
DE: Cuando hablas de reciclaje no solo pienso que sea reciclaje de ideas o de conceptos, sino de temas. A mí me preocupa de sobremanera esa falta de memoria, que 20 años después prácticamente pareciera que todo parte de cero. Esa falta de continuidad en la experiencia creativa. Me parece que regresamos a esos tiempos en los que lejos de realmente aplaudir los logros que hemos conseguido, simplemente los normalizamos y controlamos. Si bien desde un principio la idea es: vigila y castiga, hoy en día es: normaliza y controla; me parece que el arte no se escapa de ese ejercicio.
bgpa