De lunes a sábado, Jesús Martínez entra a las 09:00 a su trabajo en Del Sol, llega a tiempo, no se queja, no es grillo y se porta bien.
Chuy es una de tantas historias de éxito del Programa de Inclusión Social y Educativa (Pisye), de la Universidad de Monterrey (UDEM), vive con una discapacidad intelectual, y es parte del sector laboral en Nuevo León desde hace más de diez años.
Aunque, compartió a Notivox Monterrey, ya no quiere ir a trabajar los sábados, por lo tanto, está buscando un ascenso dentro de la empresa incluyente que le abrió las puertas, “aquí me han tratado muy bien, y aprendo muchas cosas con los compañeros”, dijo.
De acuerdo con Rosa María Cubos, madre de Chuy, fue gracias a una amiga que logró que su hijo pudiera cursar el último semestre de su diplomado, la cual, a través de su esposo logró conseguirle una beca, misma que, señala, la pagó con su trabajo, y desde entonces, es un empleado más de la citada empresa.
Para la señora Cubos, esto significó un cambio radical en su familia, y, sobre todo, en Chuy, al cual, reconoce, no podrá estar atendiendo toda su vida.
“Nosotras no somos eternas, y no quiero que quien se vaya a quedar con ellos vayan a estar batallando, por eso yo recomiendo a las madres que viven una situación similar que metan a sus hijos a alguna actividad o a un programa como este (Pisye)”, indicó.
Debido a esta experiencia, mencionó, y a los resultados positivos que le dicen tiene su hijo en su empleo, y en el ambiente de trabajo que existe a su alrededor, invitó al sector empresarial a formar parte de una nueva cultura empresarial incluyente.
“Que les den la oportunidad, son muchachos que son muy inteligentes y nosotros queremos que nuestros hijos sean útiles en la sociedad, que no los excluyan”, destacó.
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