“Estás completamente loco, pero te diré un secreto: Las mejores personas lo están”, le dice Alicia al Sombrerero Loco. Esta novela que está llena de aspectos surrealistas como objetos que crecen y se hacen diminutos en un mundo donde el tiempo fluye de una forma poco común, es ideal para describir este síndrome neurológico.
Se cree que Lewis Carroll, autor de Alicia en el País de las Maravillas, padecía este trastorno y se inspiró en sus propias experiencias mientras escribía. Por lo que ahora se le conoce con este nombre a este síndrome.
TE RECOMENDAMOS: ¿Tu marido actúa como niño... y tú como su mamá?
Los síntomas incluyen episodios breves en los que se distorsiona la percepción de la imagen corporal, la forma en que transcurre el tiempo y las relaciones espaciales con los objetos. De esta forma se puede ver un teléfono pequeñito, una oreja enorme, o bien, sentir que te encuentras dentro de un cuarto cuando en realidad estás en el exterior.
Aunque es un síndrome raro, es más frecuente en niños y jóvenes, y aparece en el contexto de otras dolencias como migrañas, epilepsia, lesiones cerebrales, infecciones virales como la mononucleosis y como efecto secundario durante el consumo de algunos fármacos.
El síndrome de Alicia en el País de las Maravillas normalmente tiene una evolución benigna y sin secuelas, aunque puede haber recaídas. Suele desaparecer con el tratamiento recomendado por un neurólogo.
RL
