La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) lanzó un llamado para promover la innovación tecnológica y científica con el objetivo de desarrollar alternativas más limpias —principalmente de cigarros— que puedan usar los fumadores y así mitigar los daños que causa el consumo de tabaco a su salud.
Adicionalmente, reiteraron su intención de abrir un debate internacional sobre las políticas públicas para regular de manera integral la nicotina y tabaco.
En el congreso Regulación y Políticas de los Productos del Tabaco, Mitchell Zeller, director del Centro de Productos de Tabaco de la FDA, señaló que es necesario discutir el tema de regulación de nicotina para eliminar malas percepciones, y es que el propósito de esta convocatoria de la agencia sanitaria es ser “audaz” para impactar en la salud pública a escala global en términos de expectativa de vida.
RESPALDO CIENTÍFICO
“Los aportes del público para enfrentar estas complejas cuestiones ayudarán a asegurarnos de que la agencia (sanitaria) tenga en vigor las políticas con respaldo científico apropiadas para reducir de manera significativa los daños causados por el tabaquismo”, señaló el funcionario.
Zeller resaltó que el principal objetivo de invertir en investigación de alternativas para los fumadores es disminuir la adicción a la nicotina, además de generar para los adultos que han decido seguir fumando fuentes menos dañinas de esa sustancia, ya que es la combustión del cigarro la mayor causa de las enfermedades relacionadas con ese producto.
Los temas principales que abordan en el encuentro, que se celebra hasta mañana en Washington DC, son disminuir la adición y el acceso de las próximas generaciones a esta sustancias, continuar los esfuerzos de cesación, educar y debatir sobre las percepciones erróneas sobre el tabaco, promover la innovación de alternativas y productos, y apoyar la innovación científica para la nicotina medicinal.
Zeller expuso que es verdad que la nicotina es adictiva; sin embargo, al combinarse con las partículas que desprende el humo del cigarro “es mortal”, por lo que “todo se enfoca en poder lograr que la sociedad tenga alternativas”.
El 28 de julio, el comisionado de la FDA, Scott Gottlieb, señaló que la intención es fomentar las innovaciones que tengan el potencial de marcar una diferencia en las políticas y esfuerzos para proteger a los niños, además de apoyar a fumadores a dejar el consumo de tabaco.
“Nuestra visión es un mundo en el que el cigarrillo no genere adicción y donde los adultos que necesitan o quieren consumir nicotina la pueden obtener de fuentes alternativas menos dañinas”, agregó.
POR LOS JÓVENES
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay alrededor de mil millones de fumadores, y tan solo en Estados Unidos cada día alrededor de 2 mil 500 jóvenes prueban un cigarro por primera vez.
Ante ese panorama, Zeller Invitó a las autoridades gubernamentales de diferentes países a no desistir y comenzar a incorporarse en estas discusiones que marcaran el futuro de los jóvenes.
Hoy discuten las ventajas y desventajas de cigarros electrónicos, también llamados vapers, en el encuentro sobre tabaco que cuenta con la participación de representantes de organizaciones civiles, académicos y la industria, quienes coinciden en que urgen acciones para impulsar este cambio en materia de salud.
En México, el debate sobre los cigarrillos electrónicos y fuentes alternativas de nicotina sigue pendiente, pero puede favorecer a 14 millones de personas que fuman con la incorporación de innovación e investigación científica a las actuales políticas de control del tabaco.
Una posible alternativa son los cigarros electrónicos, ya que algunos de esos dispositivos incluyen nicotina, y otros productos que contienen esa sustancia sin implicar combustión.
No obstante, los especialistas concuerdan en que falta hacer más investigación científica, además de que estos productos deben ser regulados para proteger la integridad de quienes lo utilicen a través de estándares de calidad óptimos.
Hace unos días, en Nueva York se prohibió que los cigarrillos electrónicos puedan fumar en bares, restaurantes y la mayoría de los lugares de trabajo.