Nuestra cultura se pinta sola para recurrir a remedios y medicinas que nuestros padres, hermanos, amigos y vecinos han usado tradicionalmente para una dolencia común —y con excelentes resultados, según ellos.
Sabemos bien que hay cierto riesgo en tomar las medicinas y remedios que nos recomiendan por tradición, ocurrencia o necesidad, ¿pero cuál es la línea que no debemos cruzar en la automedicación?
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La automedicación responsable es un concepto que propone seguire las siguientes pautas para garantizar un entorno de seguridad, aunque no se vaya al médico.
1. Gripe, tos, diarrea, dolor de cabeza y desparasitantes son enfermedades básicas para las cuales se puede ejercer una automedicación responsable.
2. Documéntate para que conozcas toda información sobre el padecimiento que quieres remediar, en qué consiste su tratamiento y cuál es su duración.
3. Lee con cuidado la información e instrucciones que vienen en el empaque.
Si tienes enfermedades preexistentes, como hipertensión o diabetes, no se recomienda que la automedicación, pues puede resultar contraproducente.
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Si practicarás la automedicación responsable, toma en cuenta estos puntos y asegúrate de que se trate de medicamentos que no requieren prescripción directa o receta médica; es decir, que son de venta libre. Si no aprecias mejoría en tu salud en los siguientes tres días de automedicación, o comienzas a sentirte peor, es muy importante que acudas al médico.
AG
