La respiración en el sexo

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EL SEXÓDROMO

Verónica Maza Bustamante

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@draverotika

FB: La Doctora Verótika


Todos los días respiramos. Todo el tiempo. La respiración es un proceso vital que incorpora oxígeno a nuestro cuerpo, el cual es transportado hacia los pulmones, luego hacia la sangre y, mediante el sistema circulatorio, llega a todo nuestro cuerpo. Es necesario para vivir y, debido a ello, no es común que seamos conscientes de cómo lo hacemos, a menos que vivamos algún episodio que nos lleve a inhalar y exhalar con un ritmo frenético (como cuando nos asustamos) o, por el contrario, de manera demasiado lenta o diferente a lo común (debido a una enfermedad o cuando se nos atora un alimento, por ejemplo).

Cuando estamos viviendo un episodio erótico, la respiración juega un papel muy importante en nuestro disfrute, desempeño, duración del encuentro y muchos factores más, aunque no lo percibamos claramente. Aprender a controlar “el aire” —como se dice coloquialmente— o practicar “la respiración profunda”, puede ser una gran herramienta para amplificar el placer.

Hace 25 años se descubrió una región del cerebro con cerca de tres mil neuronas que parecía relacionar la respiración con el estado mental. A esta zona se le llamó “marcapasos de la respiración “ o breathing pacemaker, pero no se estudió su verdadera o más compleja función hasta hace poco, cuando investigadores de la Universidad Stanford, en Estados Unidos, descubrieron que en el cerebro existe una pequeña área de 175 neuronas que vigila cómo respiramos y envía esta información a otra parte del cerebro. Se dieron cuenta, experimentando con ratas, de que si estas neuronas se desactivaban, los animales alcanzaban un gran estado de relajación y reducían su sentido de alerta; cambiaban su comportamiento habitual: en lugar de correr de un lado a otro de su jaula, se mostraban calmados y con ánimo de acicalarse. Su respiración se volvía lenta y controlada. Para comparar esta reacción con lo que pasa con los seres humanos, entrevistaron a personas que habían perdido funciones en el área cerebral encargada de inducir alerta y pánico, quienes confiaron haber cambiado su estado de ánimo por uno más relajado.

Los científicos del estudio llamaron a estas 175 neuronas las “neuronas pranayama”, en honor a la práctica de regulación de la propia respiración practicada en el yoga y la meditación, y siguen investigando la manera en que se puede controlar a placer por el ser humano.

Efectivamente, de esto saben bastante quienes han introducido la meditación (en cualquiera de sus corrientes) a sus vidas, incluyendo a los seguidores del tantra, el cual es, como señala la terapeuta Diana Henao en el portal Fucsia, “la expansión de los sentidos, ser total y estar presente. No es una religión ni un dogma, es una actitud hacia la existencia que aplica el concepto de ‘no mente, no tiempo’ como un acceso a la eternidad”.

¿Y esto cómo se aplica al acto sexual? Ya hemos mencionado en este espacio que una práctica consciente, lúdica, entregada, creativa y exploradora puede generarnos sensaciones que no solemos percibir si aplicamos únicamente la penetración que dura unos cuantos minutos y sanseacabó. Parte de este viaje a las profundidades del gozo tiene que ver con la respiración, la cual, en su sentido más práctico y claro, puede ayudar a que tengamos orgasmos intensos, a postergar y/o controlar la eyaculación, a recuperar la erección antes de lo común y puede llevarnos a sentir emociones sumamente profundas hacia nuestras parejas.

Existen diversos tipos de respiración que se pueden aplicar durante el sexo. Para que se comprenda mejor, les comparto algunos consejos o instrucciones sencillas que cualquier persona puede aplicar durante el agasaje erótico.


La respiración lenta y prolongada

Se puede emplear antes de comenzar el encuentro cachondo (recomendado para las parejas de reciente formación, que se sienten nerviosas y angustiadas por su desempeño). Es necesario sentarse con la espalda recta, inhalar intensamente, sintiendo cómo el aire va ocupando todo nuestro torso hasta que ya no podamos meter más, y luego exhalar lentamente, tratando de sacar todo ese aire. Es necesario darse el tiempo de sentir el proceso, percibir cómo se mueve nuestro organismo. Realizarlo de tres a cinco veces seguidas ayudará a controlar la eyaculación, bajar un poco la excitación cuando de plano se esté al rojo vivo, relajarse tras un orgasmo intenso o simplemente para probar, en distintos momentos del festejo, lo que hace en nuestro ser y el de quien nos acompaña.

Respiraciones rápidas y superficiales con una larga y profunda

A veces las mujeres, cuando sienten la inminencia del orgasmo, no saben qué hacer. Sienten que van a perder el control, que se acerca algo que desconocen o, por el contrario, que se aproximan a algo que quizá no llegue. Esto puede estresar, generar miedo o bloquear el flujo de energía. Si se realizan varias respiraciones rápidas y superficiales, una tras otra, seguidas de una profunda, no solo se podrán relajar, sino que permitirán que el orgasmo aparezca como si lo hubieran invitado a entrar en sus hogares.

Respiración al unísono

Consiste en respirar al mismo ritmo que tu pareja, es decir, inhalar cuando ella inhale y exhalar al mismo tiempo. No, no se trata de que saquen su disfraz de budistas o que tengan que detenerse para ponerse de acuerdo en ese momento. Si lo acuerdan previamente será más sencillo, pero si no es posible, simplemente traten de sentir el ritmo de la respiración ajena y “métanse en su viaje”. Es más fácil realizarlo cuando están sentados y abrazados o durante la postura de la cuchara, por ejemplo. En una de esas, quizá sientan lo que el tantra llama “la unión de los corazones y las almas”.


***

"A menos que la humanidad deje de ser represiva con el sexo, el ser humano no va a poder respirar realmente. Si la respiración va profundamente al abdomen, le da energía al centro sexual. Toca el centro sexual; lo masajea desde adentro. El centro sexual se vuelve más activo, más vital. Pero la civilización tiene miedo del sexo.

"Mira a un niño cuando se toca su centro sexual por primera vez y le dices "¡detente, eso es malo!". Observa luego su respiración: se volverá superficial inmediatamente, porque no es solo su mano la que está tocando el centro sexual; en lo profundo la respiración lo está tocando. Y si la respiración sigue tocándolo, es difícil detener la mano. Si la mano se detiene, entonces es necesario que la respiración se vaya de lo profundo. Tiene que mantenerse en la superficie...

"Si vamos a crear una humanidad sin sexo, entonces tendremos que cambiar el sistema de respiración para no alcanzar el centro, porque en nuestro centro está precisamente el centro sexual. Tiene que ser así, porque el sexo es vida."

Osho

"The Book of Secrets"

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