Las habilidades sociales son competencias definidas por el comportamiento que un individuo puede tener en su entendimiento de los diversos códigos, sus actitudes y sus expresiones en sociedad. El Instituto Mexicano de la Juventud explica que dichas habilidades permiten a una persona expresar sus propios sentimientos, necesidades y opiniones, lo que se traduce en el bienestar personal, que es el primer paso para una mayor integración social.
En los jóvenes, las habilidades sociales son de gran importancia, ya que es en esta etapa cuando desarrollan su personalidad y tienen la necesidad de alejarse del núcleo familiar y acercarse más a las relaciones de amistad, donde se sientan las bases para desenvolverse como adultos en la esfera social y siendo la clave para sobrevivir de manera sana tanto emocional como laboralmente.
Hay diferentes tipos de habilidades sociales en las que están las básicas y las complejas. Las básicas son las que se conoce cómo iniciar una conversación, mantener una conversación, formular una pregunta, dar las gracias, presentarse, presentar a otras personas, hacer un cumplido y despedirse.
De estas depende que se tengan las habilidades complejas en las que el pedir ayuda, participar, dar y seguir instrucciones, disculparse y convencer a los demás es importante para mantener una comunicación con los demás.
La Organización Mundial de la Salud entiende por habilidades sociales aquellas aptitudes necesarias para tener un comportamiento adecuado y positivo, que nos permiten enfrentar eficazmente las exigencias y retos de la vida diaria.
Las 10 habilidades propuestas por la OMS son el autoconocimiento, empatía, comunicación asertiva, relaciones interpersonales, toma de decisiones, solución de problemas y conflictos, pensamiento creativo, pensamiento crítico, manejo de emociones y sentimientos y manejo de tensiones y estrés.